El Banco de Inglaterra redujo este jueves a un 1,3% la previsión de crecimiento económico del Reino Unido en 2019 y 2020, por la perspectiva de que el país deje la Unión Europea (UE) sin acuerdo el próximo 31 de octubre. El banco central había pronosticado el pasado mayo una expansión del producto interior bruto (PIB) del 1,5% para este año y de un 1,6% el próximo.
Aun así, el organismo ha decidido de forma unánime mantener los tipos de interés en el 0,75%, mientras que también ha votado a favor de no introducir variaciones en sus medidas no convencionales de estímulo monetario, según ha informado la autoridad monetaria británica este jueves, después de que la Reserva Federal de EEUU diera ayer un giro a su política monetaria al rebajar en 25 puntos básicos los tipos de interés.
De este modo, los miembros del Comité del BoE han votado en bloque a la hora de mantener en 10.000 millones de libras esterlinas (10.974 millones de euros) la emisión de reservas del banco central para financiar la compra de deuda corporativa, así como de continuar con el programa de 435.000 millones de libras esterlinas (477.388 millones de euros) de compra de bonos soberanos.
ESTANCAMIENTO DE LA ACTIVIDAD
En su análisis, la institución ha señalado que, tras crecer un 0,5% en el primer trimestre del año, se prevé un estancamiento de la actividad en el segundo trimestre, una evolución ligeramente más débil de lo anticipado el pasado mes de mayo.
En este sentido, la entidad ha advertido de que el crecimiento parece haberse ralentizado desde 2018 a niveles por debajo del potencial, reflejando el impacto de la intensificación de las incertidumbres relacionadas con el 'Brexit' en la inversión empresarial y un crecimiento más débil en el comercio global.
"El aumento de la incertidumbre sobre la naturaleza de la retirada de la UE significa que la economía podría seguir una amplia variedad de caminos en los próximos años", ha apuntado la institución, asegurando que la senda apropiada de su política monetaria dependerá del equilibrio entre los efectos del 'Brexit' en la demanda, la oferta y el tipo de cambio.
De este modo, el BoE ha reiterado que la respuesta de su política monetaria al 'Brexit', cualquiera que sea la forma que adopte, "no será automática" y podría, por tanto, ir en cualquier dirección, aunque ha subrayado que "en todas las circunstancias, el Comité establecerá la política monetaria de manera adecuada para lograr el objetivo de inflación del 2%".