La producción industrial de China se expandió el 4,8% interanual en julio, un punto porcentual y medio menos que la cifra alcanzada el mes anterior, informó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
La cifra, muy por debajo de las previsiones de los analistas -preveían un crecimiento de entorno al 5,8% para ese mes-, supone el crecimiento más lento de este indicador desde febrero de 2002 y evidencia la debilidad de la demanda doméstica del gigante asiático en plena disputa comercial con Estados Unidos.
Según la consultora británica Capital Economics, los datos muestran que la desaceleración de la economía china se está agudizando y auguran "más debilidad en el horizonte".
"Los datos sugieren que el crecimiento económico se enfrenta a renovadas presiones a la baja. Incluso con políticas fiscales más favorables, la actividad de la construcción seguirá bajo presión en los próximos trimestres cuando el reciente 'boom' del desarrollo inmobiliario se relaje", apunta el analista Julian Evans-Pritchard en un informe enviado a sus abonados.
La producción industrial, recordó la ONE, se usa para medir la actividad de grandes empresas con una facturación anual de al menos 20 millones de yuanes (alrededor de 2,83 millones de dólares o 2,54 millones de euros).
En el acumulado de los siete primeros meses del año, la producción industrial creció un 5,8% interanual, añadió el organismo.
La producción manufacturera aumentó en julio un 4,5% interanual, un dato muy inferior al 6,2 % registrado en junio, mientras que la producción del sector minero aumentó un 6,6% interanual en julio, siete décimas menos que en junio.
La ONE ofreció hoy también el dato de la inversión de activos fijos de China, que creció un 5,7% en los primeros siete meses del año, una décima menos que en el periodo comprendido entre enero y junio.
Hoy se publicó igualmente el dato de las ventas minoristas de bienes de consumo, que crecieron un 7,6% interanual en julio por el 9,8% de crecimiento interanual observado el mes anterior.
Los analistas creen que esta cifra se debe a la caída sufrida en las ventas de automóviles el mes pasado.
En los primeros siete meses del año, el indicador creció un 8,3%, una décima por debajo que en el primer semestre del año.
De cara al futuro, el analista de Capital Economics resalta que una devaluación del yuan, la moneda china, difícilmente compensaría los vientos en contra que suponen el enfriamiento de la demanda global o los aranceles impuestos por EE.UU. a productos chinos.
"Como resultado de todo esto, esperamos una mayor desaceleración de la actividad económica durante el próximo año", concluye Evans-Pritchard.
Washington anunció este martes que aplazará parte de los aranceles a las importaciones chinas previstas para septiembre hasta el 15 de diciembre, una medida para aliviar tensiones antes del inicio de otra ronda de negociaciones bilaterales el próximo mes.
La Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos (USTR, en sus siglas en inglés) determinó que los aranceles del 10% a "ciertos artículos" de importaciones chinas por valor de 300.000 millones de dólares que tenían que entrar en vigor el próximo 1 de septiembre deben retrasarse hasta el 15 de diciembre.
Por su parte, Pekín decidió la semana pasada detener la compra de productos agrícolas estadounidenses y permitió que su moneda cayera frente al dólar a un nivel clave no visto desde 2008.
Entre tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió el pasado viernes de que si el conflicto continua, un potencial aumento del 25% en los aranceles de EE.UU. a las importaciones de productos chinos que aún no han sido castigados podría reducir el crecimiento económico del gigante asiático en 0,8 puntos porcentuales en el próximo año.