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Washington, 4 sep (EFECOM).- La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos (EEUU) aseguró este miércoles que las empresas del país son optimistas pese a la escalada de tensión comercial entre Washington y Pekín y su posible impacto económico.
"Si bien las preocupaciones respecto a los aranceles y la incertidumbre de la política comercial continuaron, la mayoría de las empresas se mantuvieron optimistas acerca de las perspectivas a corto plazo", indicó la Fed en su "libro beige", documento en el que recoge información sobre la actividad económica reciente.
Las compañías hicieron esta valoración antes de que el Gobierno de Donald Trump impusiera el 1 de septiembre un gravamen del 15 % a las importaciones de ropa, herramientas, productos electrónicos y otros productos de China, mientras Pekín tomó represalias con nuevos aranceles a la soja, el petróleo crudo y productos farmacéuticos de Estados Unidos.
Sin embargo, la guerra comercial entre ambas potencias ya ha tenido varias rondas de aranceles y, de momento, parece no haber tenido un efecto importante en EE.UU.
En principio, una delegación del Gobierno chino se desplazará a Washington este mes para tratar de acercar posiciones sobre un posible tratado comercial entre ambas potencias, aunque la última ronda de gravámenes ha demostrado que el pacto aún está lejos de alcanzarse.
El informe de la Fed también destacó que la economía estadounidense se expandió "a un ritmo modesto" hasta finales de agosto.
Por sectores, el organismo dirigido por Jerome Powell subrayó que las ventas de automóviles se aceleraron y que el sector turístico se mantuvo "sólido" en los últimos meses, mientras que la venta de viviendas y la actividad manufacturera disminuyó.
De acuerdo a datos oficiales, la economía de Estados Unidos avanzó a una tasa anual del 2 % en el segundo trimestre, una décima por debajo del cálculo preliminar oficial para ese período.
La inflación se ha suavizado en 2019 por debajo de la meta anual de la Fed del 2 %, lo que pone en cuestión la ortodoxia económica que dicta que un mercado laboral ajustado y una expansión económica sostenida que debería generar mayores incrementos en los precios.
En su última reunión, en julio, los responsables del banco central estadounidense decidieron rebajar los tipos de interés hasta el rango de entre el 2 y el 2,25 %.
Ese fue el primer recorte del precio del dinero en el país en más de una década, ya que el anterior se produjo justo después de la aguda crisis financiera de finales de 2008.