La comisión de Peticiones del Parlamento Europeo (PE) acordó hoy mantener abiertas dos solicitudes sobre las indemnizaciones que puede recibir un usuario afectado por sobreventa de billetes, conocida como "overbooking", así como la práctica de Ryanair de separar a pasajeros que han hecho una reserva conjunta.
Lo referente a las indemnizaciones por sobreventa había sido planteada por la española Carolina Cerdà, que no defendió en persona su propuesta para incrementar las compensaciones para los pasajeros a los que se deniega el embarque en un trayecto de menos de 1.500 kilómetros, actualmente fijado en 250 euros.
El representante de la Comisión Europea (CE) ante la comisión de Peticiones recordó que el reglamento deja claro que 250 euros es la cantidad mínima que el pasajero afectado debe recibir, pero que nada le impide buscar una compensación adicional por daños y perjuicios.
En cualquier caso, admitió que la sobreventa es "parte de la libertad comercial de las líneas aéreas", y subrayó que, según datos de la Comisión, las aerolíneas no permiten embarcar por este motivo a un 0,1 % de los pasajeros.
Sobre este caso, la presidenta de la comisión de Peticiones, Dolors Montserrat (PP), decidió mantener abierta la petición a la espera de los resultados de un estudio al respecto que el Ejecutivo comunitario inició en 2018 y cuyos resultados se esperan para este otoño.
Por otro lado, el ciudadano español Alfonso Rodríguez Sánchez defendió su propuesta para que se actúe contra la práctica de la aerolínea irlandesa Ryanair de separar de forma automática a grupos de pasajeros que han comprado su billete en una única reserva.
"Desde hace años, las 'low cost' (bajo coste) han iniciado una guerra feroz para hacerse con la mayor cuota de mercado posible (...) sin renunciar a sus márgenes de beneficios", denunció Rodríguez, que explicó que estas operadoras cobran por servicios que anteriormente "venían incluidos de forma tácita en el precio del pasaje".
"El principio fue la impresión de las tarjetas de viaje, luego fueron los equipajes, después los equipajes de mano, los bolsos de mano y ahora la separación de los componentes de una misma reserva", señaló.
Rodríguez aseguró que la aerolínea de bajo coste Ryanair lleva a cabo esta práctica de forma automática "independientemente de si son amigos, conocidos o familia" y ofrece la posibilidad de cambiar de asientos por una tasa que cifró en entre 9 y 30 euros.
"Esta compañía no tiene problema en separar a familias con hijos menores", advirtió el peticionario, que afirmó que el problema es que Ryanair "no presenta la más mínima sensibilidad con tal de mantener sus beneficios".
En este sentido, reclamó que la Unión Europea "regule las condiciones de venta de los billetes, y en especial para que las compañías que operen en Europa estén obligados a adjudicar a los pasajeros de una misma reserva asientos contiguos o como máximo en la fila contigua".
Montserrat propuso dejar abierta la petición y solicitar a la comisión de Transportes de la Eurocámara un dictamen para reforzar la protección del consumidor en las prácticas comerciales.
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