El grupo Calidad Pascual estudia entrar en nuevas categorías dentro del sector lácteo e incluso operar en nuevos negocios fuera de él, con el propósito de volver a crecer con fuerza tras años de atonía.
Así lo avanza a Efe su presidente, Tomás Pascual, quien incide en que continúa la "presión" para bajar los precios de la leche, incluso tras la crisis, y perjudica sus márgenes, lo que les ha llevado a buscar entrar en el segmento del café y ampliar su negocio internacional, con el foco en el Sudeste Asiático y África.
En esta búsqueda de nuevos proyectos, Pascual -también presidente de la patronal de la industria alimentaria española (FIAB)- apunta que no descartan recurrir a financiación con firmas de capital riesgo, pero sin que éstas se conviertan en accionistas.
También señala que exploran alianzas con otras empresas -incluso de la competencia- y que evalúan la toma de participaciones en compañías emergentes.
El objetivo, según detalla, es recuperar el ritmo de crecimiento que la empresa: aunque acumula dos años ligeramente al alza, calcula que sus ventas a cierre de 2018 se situaron cerca de los 700 millones de euros, cuando en 2006 superaban los 900.
La firma, con más de 2.300 empleados, estima que su ebitda rondará los 75 millones de euros, mientras que su deuda ha bajado notablemente y prevé que acabe 2019 en 145 millones (llegó a sobrepasar los 400).
"Nos planteamos entrar en nuevas categorías, en el mundo lácteo y dentro de los espacios cercanos a las marcas que tenemos. Pero también, y estamos en la última fase de su diseño, pensamos en cómo innovar e incluso entrar en nuevos negocios", asegura.
Tomás Pascual defiende la necesidad de adoptar una "visión holística del lácteo" para que la leche fresca pese menos en su negocio, ya que incluso en el segmento "funcional" -con calcio o sin lactosa, por ejemplo- la enseña acabó bajando precios.
"En los últimos años el tema de la inversión ha sido difícil, nos hemos dedicado más a modificar productos y adaptarlos al nuevo consumidor en vez de crear nuevas categorías", admite.
En este sentido, resalta que las grandes compañías como Pascual suelen compararse con otros competidores de su tamaño, cuando la realidad es otra: "Han venido pequeñas empresas que antes no existían y nos han pasado por la derecha y por la izquierda".
"En leche es por donde más hemos sufrido", afirma Pascual, tras recordar que están presentes en aguas minerales (Bezoya), bebidas vegetales (Vivesoy) y bebidas de frutas (Biofrutas), tras salir del segmento de zumo puro al vender Zumosol en 2013.
Actualmente, su negocio internacional pesa menos de un 5 % en su facturación y el objetivo es "que suponga un porcentaje significativo", por encima del 10 %, a corto-medio plazo y superior al 25 % en un futuro: "Queremos tener un posicionamiento comercial en el Sudeste Asiático y una buena presencia en África", continente este último en el que ya tienen cuatro proyectos en marcha y la estrategia es encontrar "aliados locales" que faciliten su entrada.
Otra área clave para el grupo es su actividad en hostelería, que le reporta más de un 40 % de sus ingresos (50 % es en supermercados).
Preguntado por el posible interés de firmas de capital riesgo en entrar en el accionariado del grupo familiar, Pascual descarta a día de hoy esa posibilidad, igual que participar en grandes fusiones.
"Somos conscientes de que las firmas de capital riesgo han sacado mucho dinero y hemos visto operaciones en otros sectores maduros (como el del cava). Pero no prevemos operaciones gordas; más que fusiones apostamos por alianzas, hoy el mundo es más colaborativo", argumenta.