Moscú, 16 sep (EFECOM).- Rusia declaró hoy que no prevé ninguna medida de emergencia en el marco de la plataforma ampliada de la OPEP y los demás productores de petróleo (conocida ya como OPEP+) tras el ataque contra refinerías de Arabia Saudí que condujeron a una brusca reducción de la producción de crudo en este país.
"No existe ninguna necesidad de tomar algún tipo de medida de carácter urgente", afirmó el ministro ruso de Energía, Alexandr Nóvak.
Según el titular de Energía, en el mundo existe una cantidad suficiente de reservas comerciales de petróleo para cubrir a plazo medio la caída de la producción.
Nóvak estimó que de momento todo dependerá de una valoración de las consecuencias de los ataques, tras lo cual se podrá definir la gravedad de los daños y su incidencia en la producción y suministros.
"Pero reitero que todo dependerá del tiempo que tome paliar las consecuencias del cese de la operación de esta infraestructura", señaló.
El gigante petrolero Aramco, el principal del mundo, ha indicado que pasarán varias semanas hasta que sus instalaciones vuelvan a operar con normalidad, lo que hace temer sobre las consecuencias que ello pueda tener en el suministro mundial de crudo.
De acuerdo con Aramco, los ataques -de los que Estados Unidos ha culpado a Irán- han recortado aproximadamente la producción de crudo en unos 5,6 millones de barriles diarios.
Los rebeldes hutíes del Yemen lanzaron el pasado sábado un ataque con diez aviones no tripulados contra dos refinerías de Aramco en el este de ese país árabe.
Este es el segundo ataque de envergadura de los rebeldes yemeníes en menos de un mes contra instalaciones de Aramco, al que las agencias crediticias Moody's y Fitch consideran la empresa con más ganancias del mundo, con un beneficio neto que estimaron en 111.100 millones de dólares en 2018.
Los ataques con drones a aeropuertos y objetivos militares y petroleros saudíes son comunes desde las filas rebeldes, y en las últimas semanas se han producido casi diariamente.
El conflicto yemení estalló a finales de 2014 cuando los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y expulsaron al presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, hoy exiliado en Arabia Saudí.