Los accionistas del banco italiano Carige, intervenido desde enero por el Banco Central Europeo (BCE), aprobaron hoy el lanzamiento de una ampliación de capital de 700 millones de euros con el que pretenden evitar la quiebra de la entidad.
Votaron a favor el 91 % de los accionistas presentes en la junta, es decir, el equivalente al 43,3 % del capital, informó la entidad.
La ampliación de capital forma parte del acuerdo al que llegaron el pasado 10 de agosto el Fondo Interbancario de Garantía de Depósitos (FITD), la Cassa Centrale Banca-Crédito Cooperativo Italiano (CCB), la Sociedad de Gestión de actividades (SGA) y otras instituciones financieras.
El banco explicó en agosto que ampliación contempla la emisión de 700.000 millones de nuevas acciones a un precio de 0,001 euros cada una.
Además, los accionistas que se sumen a la operación en el tramo reservado para ellos recibirán 21.250 millones de warrants gratuitos en la proporción de uno por cada cuatro acciones ordinarias, suscritas con un aumento adicional de capital de 21,250 millones.
El BCE intervino a Carige el pasado enero, días después de que su Junta de Accionistas no consiguiera aprobar una emisión de bonos y una ampliación de capital por valor de 400 millones de euros.
La familia Malacalza, accionista mayoritario de la antigua Caja de Ahorros genovesa, bloqueó estas medidas al considerarlas insuficientes, ya que el banco tuvo que hacer otra ampliación de capital de 500 millones de euros a finales de 2017 y recibió en julio de 2018 una advertencia del BCE para que solucionara su situación de crisis.
Tras la intervención del BCE, el Gobierno italiano del Movimiento 5 Estrellas y la ultraderechista Liga aprobó en enero un decreto ley que posibilita la opción de que la entidad recurra a una recapitalización cautelar con dinero público si fuera necesario.