Las defensas de varios exconsejeros de la matriz de Bankia, BFA, han rechazado este lunes ante la Audiencia Nacional que la entidad falseara sus cuentas de 2011, y han incidido en que en el órgano siempre imperó el principio de confianza en dichos estados al haber sido "respaldados" por el auditor externo, que "dio su conformidad".
Durante la exposición de su informe final, los letrados de dos de los antiguos integrantes del comité de auditoría José Rafael García-Fuster y Remigio Pellicer han asegurado que éstos nunca sospecharon de posibles irregularidades, ni siquiera cuando el socio de Deloitte, Francisco Celma, no emitió dentro de plazo su preceptivo informe sobre ellas.
En este sentido, ambos han incidido en que la firma, a través de su auditor externo, "respalda y da conformidad a esos estados financieros", por lo que "a falta de advertencias es normal que los miembros del comité entendieran que lo que quedaba por hacer era ajustar temas menores con la dirección, no con ellos".
Como hiciera antes el del exministro del Interior y expresidente del comité de auditoría de BFA, Ángel Acebes, han criticado a la Fiscalía Anticorrupción por destacar la diligencia de Celma en las cuentas de 2011, pese a acusarle por los estados que la entidad incluyó en el folleto informativo de la salida a Bolsa, apenas un año antes.
Aun así, han puntualizado que las cuentas "eran absolutamente exactas", por lo que, en su opinión, debe descartarse la supuesta falsedad contable.
"Se les atribuye que, conociendo que no reflejaban la imagen fiel, inducen a error a los demás consejeros", han reprochado los letrados, que nunca han "escuchado a nadie (de entre los 34 acusados) decirle a otro 'oye, es que estoy sentado aquí porque tú me engañaste'".
En la misma línea se ha manifestado la defensa del exvocal Rafael Ferrando, contra el que sólo presentan cargos las acusaciones particulares que dirigen el movimiento 15MPaRato y la asociación de consumidores Adicae, que ha indicado que su representado "se preocupó de que quien tenía que formular las cuentas tuviera todos los medios para emitirlas".
"Ni él ni ningún miembro del Consejo de Administración tenían la sospecha más mínima de que esas cuentas podían ser falsas. ¿Qué mas tenía que haber hecho?", ha concluido antes de pedir su absolución.
A diferencia de Ferrando, tanto García-Fuster como Pellicer se enfrentan a la pena de un año de prisión sustituible por multa que solicita para ellos la Fiscalía Anticorrupción.
Si bien ninguno de los dos figuraba en su escrito de conclusiones provisionales, el Ministerio Público reconsideró el pasado julio atribuirles un posible delito de falsedad contable, al igual que sucedió con el resto de exconsejeros con presencia en los comités de auditoría de BFA y Bankia.
Según el relato de la fiscal Carmen Launa, a pesar de que tenían encomendado "supervisar el procedimiento de elaboración y presentación de la información financiera y colaborar con el auditor externo, además de informar al Consejo de Administración para la formulación de cuentas, hicieron una consciente y voluntaria dejación de sus funciones".
Circunstancia que impidió "la función auditora y el afloramiento de los deterioros que pretendían mantener al margen de su registro contable".