Madrid, 23 sep (EFECOM).- Madrid - Las peores perspectivas económicas internacionales y la revisión a la baja de la contabilidad nacional de 2018 y del primer semestre llevan a los expertos consultados por Efe a pronosticar que el crecimiento de la economía española estará en torno al 2 % este año, por debajo de la meta gubernamental.
El director de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres, ve difícil que España pueda llegar a crecer este año el 2,2 % previsto en el cuadro macroeconómico del Gobierno por dos razones.
"Una, que ha habido una revisión estadística de las cuentas nacionales en trimestres anteriores, que disminuye lo que se arrastra de crecimiento del año pasado y del primer trimestre en una décima. Y por otra parte, la desaceleración es algo más de lo que habíamos pensado", afirma Torres.
En su opinión, al enfriamiento de la economía europea hay que añadir el repunte del precio del petróleo, que suele ser un factor que frena el avance de la economía y que ha retomado la senda alcista tras los ataques hace una semana a dos refinerías en Arabia Saudí.
"Con lo cual, la previsión de crecimiento más razonable es entorno al 2 % para este año", añade Torres.
El analista de Renta 4 Juan Ignacio Crespo señala el impacto que sobre la economía española va a tener la desaceleración de la economía internacional y el encarecimiento del petróleo, que va a restar poder adquisitivo a las familias y aumentará los costes de las empresas.
"Si el crecimiento se queda en el 2 % raspado, o incluso en el 1,8 %, creo que nos podríamos dar por satisfechos", asegura a Efe.
Sin embargo, el profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) Aurelio García del Valle, cree que se podría llegar al 2,1 %, ya que considera que a España va a llegar más atenuado el efecto que la guerra comercial entre EEUU y China está teniendo sobre la economía global.
A su juicio, cuestión distinta es el escenario para 2020 si finalmente EEUU entra en recesión, como cree que anticipa la inversión de la curva de tipos de deuda en aquel país.
Se trata de un fenómeno que se produce al reclamar los inversores mayores rentabilidades para la deuda a corto plazo, cuando lo habitual es que se paguen tipos más altos por la deuda a largo plazo porque la inversión conlleva una mayor incertidumbre, lo que para muchos analistas hace prever un cambio de ciclo.
Mañana el Banco de España presenta su proyecciones macroeconómicas actualizadas, las primeras que se conocen tras la actualización de la contabilidad nacional del Instituto Nacional de Estadística (INE), por lo que cabe pensar que la entidad revisará a la baja el crecimiento previsto para 2019, después de haberlo subido al 2,4 % el pasado junio.
En el ámbito interno, la economía española se muestra resistente a la situación de estancamiento político y a la convocatoria de nuevas elecciones generales, como ha destacado la agencia de calificación Standard and Poor's, que ha subido un escalón la nota a España por su solidez económica y por la mejora de las finanzas públicas.
En esta cuestión coinciden otros analistas, como el servicio económico de ING, que en una nota reciente señala que los mercados no están preocupados por la repetición electoral, porque la economía sigue creciendo a mayor ritmo que la zona del euro "y no parece que la incertidumbre política vaya a cambiar eso".
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