Londres, 25 sep (EFECOM).- El turoperador británico Thomas Cook contaba con escasas reservas de efectivo que se habrían terminado antes del próximo 4 de octubre, lo que provocó que la empresa se declarase en quiebra el lunes dejando a 600.000 personas afectadas en todo el mundo, revela este miércoles el "Financial Times" (FT).
Un testigo que presenció la declaración judicial del director ejecutivo de Thomas Cook, Peter Fankhauser, reveló que la compañía debía casi 500 millones de libras (560 millones de euros) a una larga lista de socios hoteleros y acreedores a finales de septiembre, añade el periódico económico.
Los documentos con los que la empresa declaró su insolvencia, a los que ha tenido acceso el diario, muestran que Thomas Cook se quedó con tan solo 956.670 libras (alrededor de un millón de euros) en reservas de efectivo grupales.
A ello se añaden otros 31,2 millones de libras (casi 35 millones de euros) en sus cuentas bancarias, una precaria situación que llevó a Fankhauser a concluir que las reservas de efectivo se terminarían "el 4 de octubre o probablemente antes".
Los principales activos del grupo eran sus acciones en sus principales compañías operativas, Thomas Cook Group Tour Operations y Thomas Cook Group Airlines, que, junto a otras 24 filiales han entrado en suspensión de pagos desde que se declaró la quiebra del grupo Thomas Cook Group plc este lunes.
Los documentos muestran también que la gerencia de Thomas Cook mantuvo conversaciones para vender parte o la totalidad de la compañía meses antes de su colapso.
Recibió cinco ofertas de compra para la totalidad o parte de su aerolínea, otra oferta para la venta al turoperador chino Fosun -su mayor accionista- y una oferta para su compañía nórdica, pero todas fueron rechazadas.
La dirección consideró que era poco probable que pudieran obtener un acuerdo por un valor suficiente siendo además que la estructura de capital del grupo quedaría en un estado en el que era "poco probable que fuera sostenible".
Thomas Cook recibió también una oferta de adquisición a principios de agosto por parte de Anex Tour Group, un operador turístico turco, que había adquirido una participación accionarial del 8 %, aunque las negociaciones en este caso tampoco fructificaron.
Ante la creciente publicación de noticias sobre las dificultades financieras que atravesaba la firma, la presión financiera sobre Thomas Cook se intensificó, ya que algunos proveedores comenzaron a exigir el pago anticipado por la prestación de sus servicios y hubo también una gran cantidad de cancelaciones de reservas.
Finalmente, tras fracasar en su frenética carrera por recaudar los 200 millones de libras (227 millones de euros) que le exigían los bancos, Thomas Cook no pudo sellar un paquete de rescate con el conglomerado chino Fosun, estimado en 900 millones de libras (1.023 millones de euros) y se declaró en quiebra.