El Fondo de Pensiones Global de Noruega, con activos próximos al billón de dólares, rebajará el alcance de su plan de abandonar los combustibles fósiles, lo que reducirá el número de compañías y el valor de la desinversión.
El plan definitivo afectará a las acciones en compañías dedicadas únicamente a la exploración y producción de petróleo y gas, un total de 95, con un valor de 54.000 millones de coronas noruegas (casi 6.000 millones de dólares) a mediados de septiembre, un 0,8% de la inversión en títulos del fondo.
Así lo explicó este miércoles en un comunicado el Ministerio de Finanzas noruego, que atribuyó el cambio a una matización en los criterios respecto a la decisión adoptada en junio pasado por el Parlamento noruego de desinvertir unos 13.000 millones de dólares en empresas de crudo y gas.
Ese cambio deja fuera a las compañías dedicadas al refinado de petróleo, aparte de las firmas que integran todo el proceso de exploración, extracción y refinado, que el Gobierno ya había excluido antes al considerar que tienen la capacidad tecnológica de evolucionar a energías renovables.
La propuesta inicial hecha por el banco público Norges Bank Investment Management (NBIM), encargado de gestionar el fondo, hablaba de una prohibición total de invertir en combustibles fósiles, el 6% de su cartera en acciones, que implicaba una desinversión por valor de unos 33.000 millones de dólares.
El NBIM pretende reducir la exposición del fondo, que invierte los ingresos del gas y petróleo en el extranjero, para reducir el riesgo agregado del precio del crudo en la economía de Noruega, el principal exportador petrolero de Europa occidental.