Madrid, 3 oct (EFECOM).- Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, y Cooperativas Agro-Alimentarias han exigido a la UE y al Gobierno medidas para evitar que los aranceles anunciados por EEUU a productos agroalimentarios se hagan efectivos, una decisión que a su juicio les coloca como "moneda de cambio" en una guerra comercial.
Una "respuesta contundente", una solución "rápida y equilibrada", "máxima presión internacional" o evitar un escenario de "auténtico desastre son los términos con los que ha reaccionado a la imposición de aranceles del 25 % en productos como el aceite de oliva, el vino o los quesos.
Estados Unidos anunció este miércoles que el 18 de octubre empezará a imponer aranceles, con mayor peso a cuatro países entre ellos España, tras el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a favor de Washington en una prolongada disputa comercial.
Entre los productos que se verán afectados por los gravámenes figura el queso fresco, las aceitunas, el aceite de oliva y productos porcinos de origen español, alemán y británico; así como el vino, los yogures, la mantequilla, las cerezas y los melocotones.
El presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias de España, Ángel Villafranca, ha subrayado a Efeagro que lo único "optimista" en esta situación es que hay margen hasta el día 18 de octubre para que los comisarios europeos sigan negociando y eviten una subida que, unida a los efectos del "brexit", coloca al sector agrolimentario en un escenario de "auténtico desastre".
"Una vez más el sector agroalimentario es moneda de cambio por otros problemas que no tienen nada tienen que ver" con el sector; ha insistido Villafranca, quien ya ha pedido reuniones urgentes con los ministros de Agricultura y Comercio para que también se empiece a pensar en medidas compensatorias para los sectores afectados.
En esta línea, el presidente de Asaja, Pedro Barato, ha insistido en reclamar al Ejecutivo -"aunque esté en funciones"- que multiplique sus gestiones ante las instituciones comunitarias para alcanzar una solución satisfactoria a los exportadores, cooperativas e industria.
"Si no podemos permitir que nuestra agricultura sea moneda de cambio en acuerdos comerciales con países terceros, menos aún vamos a tolerar que el sector sea el rehén indefenso en las guerras comerciales entre las potencias mundiales", ha afirmado Barato.
Coincide con la reflexión del secretario general de COAG, Miguel Blanco, para quien resulta "totalmente injusto y desproporcionado" que el campo sea el "pagano" de una guerra comercial; según sus cálculos, estos nuevos aranceles afectará a un volumen de exportaciones agrícolas españolas cercanas a los 1.000 millones.
Por ello, ha pedido a las administraciones españolas y europeas una solución "rápida y equilibrada", con el fin de evitar que "este conflicto acabe pasando una nueva y costosa factura a los agricultores y ganaderos".
Y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha incidido en la necesidad de una repuesta "contundente" desde Madrid y desde Bruselas "al más alto nivel" para intentar atajar una situación que podría causar "graves daños" en la economía de toda España.