El Tribunal de Comercio de Bobigny declaró este viernes la quiebra de la compañía aérea francesa XL Airways, que estaba en concurso de acreedores desde el 23 de septiembre por su situación financiera crítica, y que tuvo que suspender todos sus vuelos el día 30.
Según los medios franceses, los jueces no han considerado aceptables las condiciones de la única oferta presentada por XL Airways. La hizo Gérard Houa, antiguo accionista de la aerolínea Aigle Azur, que también fue declarada en quiebra el 27 de septiembre.
La liquidación judicial de XL Airways, especializada en conexiones de larga distancia desde Francia, con 730.000 pasajeros transportados en 2018, supondrá el despido de sus cerca de 570 empleados.
La compañía operaba cuatro aviones A330 en régimen de alquiler en vuelos entre varios aeropuertos en Francia (París, Burdeos, Lyon, Nantes y Toulouse) y destinos en Estados Unidos, el Caribe (Cuba, República Dominicana, México, Guadalupe y Martinica) y la isla de La Reunión.
Para la Federación Nacional de la Aviación Comercial de Francia (FNAM), lo ocurrido con XL Airways y con Aigle Azur "es la ilustración trágica de las dificultades" que atraviesan las aerolíneas francesas a causa de unas tasas y unas cotizaciones sociales superiores a la media europea.
En un comunicado publicado tras la declaración de quiebra, la federación del transporte aéreo del sindicato Fuerza Obrera (FO) responsabilizó de la desaparición de XL Airways y de Aigle Azur (que tenía una plantilla de cerca de 1.200 empleados) al "dogmatismo liberal suicida" de los sucesivos gobiernos franceses.
Para FO, una compañía como XL Airways no podía rivalizar con Norwegian, que competía en las mismas líneas, "cuando el Gobierno noruego acaba de inyectar 300 millones de euros de dinero público".