Madrid, 9 oct (EFECOM).- El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha mostrado satisfecho por el cambio de talante que ha percibido ente los grupos políticos de cara a las próximas elecciones: "Parece que las nubes se despejan y todo el mundo empieza a hablar de lo que nos une y no de lo que nos separa".
En un desayuno organizado este miércoles por Europa Press, el líder de los empresarios ha llamado también a la precaución a la hora de hablar del crecimiento de España, que a su juicio se "desacelera", y ha pedido "cuidado con ser catastrofistas" porque la deuda española depende de inversores extranjeros.
El presidente de la patronal ha felicitado a los líderes políticos por esta predisposición al entendimiento, al tiempo que ha criticado que no hayan sido capaces de lograrlo en el pasado.
"Después de abril nos hemos sentido profeta en el desierto porque habría sido bueno que los partidos responsables se hubieran puesto a hablar", ha asegurado Garamendi, para añadir que "no pudo ser", si bien ahora "cosas que parecían imposibles, hayan dejado de serlo".
Por ello, ha pedido a los partidos políticos que el día 11 de noviembre tengan "altura de miras" y "sentido de Estado" y se sienten y valoren las cosas, porque ya no hay que vender nada".
Para Garamendi, los empresarios dicen "lo que piensan", porque tienen "una voz independiente" y porque "ni estamos ni estaremos en campaña electoral".
No obstante, ha garantizado su "lealtad institucional" al Gobierno que se forme, que confía en que sea "estable y moderado, porque la moderación genera confianza".
El presidente de la CEOE ha comentado la situación económica actual y los riesgos que acechan a la economía española, que a su juicio no está "en crisis o recesión, sino en desaceleración", con un tejido empresarial que está "preparado".
"Yo me niego a hablar de crisis", ha dicho, al tiempo que ha reclamado "cuidado con ser catastrofistas, porque el 70 % de la deuda española está en el exterior", ha dicho.
Garamendi ha citado los grandes temas que afectan a la economía española y que requieren de grandes Pactos de Estado, así como los riesgos que acechan como el Brexit, las guerras comerciales o el precio del petróleo.
Así, el líder de los empresarios ha apostado por hablar de la digitalización, en la que las empresas se adaptan por detrás de la sociedad; la formación, reclamando mejoras en la destinada a trabajadores, la dual y la universitaria; y la innovación, en la que España se queda por debajo de los objetivos europeos y sobre la que ha incidido en la industrial.
También ha pedido cambios en materia fiscal, porque las empresas soportan una gran carga (impuestos más cotizaciones sociales) y ha considerado que algunos tributos personales, como el impuesto de sucesiones o el de patrimonio "no aportan y frenan el ahorro y las ganas de trabajar y de ganar dinero".
Garamendi ha puesto el foco también en la necesidad de atajar "el gran drama de la economía sumergida", que representa el 24 % del PIB y que supone un "dumping en vena a los que lo hacen bien, especialmente los pequeños empresarios".
"No queremos poner puertas al cambio a nadie, pero tampoco nos parece bien que los que lo hacen bien estén pagando por algunos que se aprovechan de los resquicios de la no legislación para ir generando una cotas de beneficios que otros no tienen, que son los que crean empleo", ha dejado claro.