Rodrigo García
Buenos Aires, 22 oct (EFECOM).- Los principales bancos españoles afincados en Argentina destacan la solidez y solvencia del sistema financiero del país suramericano a pesar de la fuerte caída de depósitos y la fuga de capitales de los últimos meses, que han hecho recobrar el miedo social a un nuevo "corralito".
El triunfo de la oposición en las elecciones primarias de agosto pasado provocó una nueva devaluación del peso que agravó la crisis que vive el país desde 2018. En poco más de dos meses, los depósitos en dólares en las entidades privadas han caído el 35,2 %, de 32.500 a 21.037 millones de dólares.
A pesar de la situación, el economista jefe del Banco Santander en Argentina, Juan Cerruti, remarca, en una entrevista con Efe, que el sistema financiero nacional muestra "que es muy sólido y está actuando bien".
"Los bancos han actuado como contenedores de la volatilidad cambiaria y eso ha quedado demostrado en el último año y medio. Dada la regulación prudencial del Banco Central, no tienen descalce de moneda y tienen muy baja exposición al sector público, mientras que el nivel de mora es uno de los más bajos de Latinoamérica", afirma, convencido de que no hay peligro de una limitación para sacar el dinero de los bancos como ocurrió con el "corralito" de 2001.
En la misma línea se posiciona el presidente ejecutivo de BBVA en Argentina, Martín Zarich, para quien el sistema financiero tiene alta solidez y liquidez suficiente para enfrentar la volatilidad.
Sin embargo, se muestra crítico con la falta de incentivos para los clientes. "El sistema financiero presenta una dimensión insuficiente respecto de los ahorros de los argentinos", dijo en un foro sobre finanzas en Buenos Aires.
Al goteo de depósitos en dólares se suma a la caída de las reservas internacionales del Banco Central -de 77.481 millones de dólares en abril han pasado a 47.448 millones ahora-, debido principalmente a la necesidad de preservar la liquidez de los bancos y por la intervención para contener el alza del dólar, que incluye un política de altísimos tipos de interés.
"En términos macroeconómicos, Argentina tiene una situación mucho más cercana a un equilibrio fiscal, ha reducido sus desequilibrios en el sector externo y confiamos en que a medida que retorne una situación de mayor confianza la situación va a tender a estabilizarse", agrega Cerruti.
Consultado por si la recesión argentina -solo en 2018 la economía cayó el 2,5 %, la inflación acumula un 37,7 % en lo que va de año y el peso se ha devaluado ante el dólar más de un 65 % desde abril de 2018- ha afectado a los planes de inversión de la compañía, Cerruti es tajante.
"La mirada del Santander con Argentina es una mirada de largo plazo. Lo que buscamos siempre y tratamos de impulsar son políticas públicas sostenibles y sanas que lleven a un crecimiento y desarrollo de largo plazo", enfatiza su economista jefe.
Según el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), Argentina fue el decimoquinto destino de la inversión española en 2017, con 7.713 millones de euros, un 2,8 % menos que el año anterior, con los servicios financieros -excepto seguros y fondos de pensión- como principal foco (24,6 %), seguido por las telecomunicaciones (19 %) y la extracción de petróleo y gas (6,6 %).
En lo que respecta a flujos brutos de inversiones, en 2018 llegaron 1.660 millones de euros (354 millones más que en 2017) de capital español. Pero hasta junio de 2019 alcanzaron solo 484 millones, según el ICEX.
Las inversiones fueron intensas entre 1996 y 2001, por las grandes privatizaciones argentinas, aunque la crisis internacional de 2009 provocó una fuerte caída y en 2015 alcanzó su nivel más bajo de los últimos años.
Con la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia argentina en diciembre de ese año, se abrió un nuevo capitulo bilateral tras el enfriamiento durante los Ejecutivos de Cristina Fernández (2007-2015), no solo por la política más proteccionista de esta sino por circunstancias como la nacionalización en 2012 de la petrolera YPF, que pertenecía a la española Repsol.
El futuro del país como uno de los mayores productores de alimentos del mundo, sumado a las posibilidades que abre la formación energética de Vaca Muerta, que es el segunda reserva mundial de gas no convencional, despierta, pero aún con cautela, las expectativas de los inversores.
Queda esperar a que el nuevo Gobierno, ya sea de Macri -que opta a la reelección- o del peronista Alberto Fernández -favorito en todas las encuestas- ponga en marcha su política económica y defina cómo sacar al país de un nuevo hoyo que mantiene en vilo a propios y extraños.