Nueva York, 23 oct (EFECOM).- Un año después del accidente de un 737 MAX 8 en Indonesia y de otro en Etiopía hace siete meses, Boeing sigue con su flota de ese modelo en tierra y, aunque prevé su retorno a final de año, hoy reveló cómo le lastra esta crisis -un 95 % menos de beneficios-, a la que se suma la guerra comercial con China.
El grupo aeronáutico con sede en Chicago (EEUU) anunció este miércoles que su beneficio acumulado en los primeros nueve meses del año se ha reducido un 95 % en tasa interanual, hasta 374 millones de dólares, mientras que su facturación en ese mismo periodo ha bajado un 19 %, hasta 58.648 millones.
La firma "ha desarrollado actualizaciones de software y de formación para el 737 MAX y continúa trabajando con la Administración Federal de Aviación (FAA, acrónimo en inglés) y otros reguladores internacionales para obtener su recertificación, con "progresos firmes", según su principal ejecutivo, Dennis Muilenburg.
En una conferencia telefónica abierta a los medios de comunicación, Muilenburg, que ahora solo ocupa el cargo de consejero delegado tras retirarsele las atribuciones de presidente ejecutivo la semana pasada, reiteró que su "mejor estimación" es que las autoridades aprobarán el 737 MAX mejorado en el último trimestre del año.
"Pero son la FAA y los otros reguladores quienes determinarán las fechas y condiciones en cada jurisdicción", repitió incansablemente, reconociendo que puede haber "cambios" y que las aerolíneas han situado generalmente a principios de 2020 el retorno del avión, algo que no obstante considera "alineado" con los cálculos de la empresa.
Boeing, que además de paralizar esas naves rebajó su producción a 42 unidades mensuales, también mantiene la intención de aumentar gradualmente el ritmo hasta 57 a finales de 2020, contando con que la vuelta al espacio aéreo sea en este último trimestre, tras lo que espera entregar "la mayoría" del inventario en el próximo año.
Pese a todo, el recorte en la producción de los 737 MAX le va a suponer unos costes adicionales de 900 millones de dólares, según informó hoy, que se sumarían a un montante que ya había anticipado previamente, de 2.700 millones.
Muilenburg, que admitió que a Boeing le está "llevando un poco más de tiempo de lo planeado" obtener la aprobación de las autoridades sobre el sistema de control (MCAS) actualizado del 737 MAX, señaló que este incluye "tres capas de protección" y que la semana pasada se realizó una importante prueba de vuelo ("dry-run").
Asimismo, se refirió a las revelaciones del New York Times del viernes sobre un intercambio de mensajes de 2016 entre dos trabajadores preocupados por el MCAS, por el que el Gobierno de EE.UU. le ha perdido explicaciones, y expresó su "pesar por las dificultades" causadas.
En cuanto al tercer trimestre del ejercicio fiscal, entre julio y septiembre, Boeing ha reducido un 51 % sus ganancias, hasta los 1.167 millones de dólares, con un beneficio por acción de 2,05 dólares, y ha visto bajar un 21 % sus ingresos, hasta 19.980 millones.
Afectado por la crisis de los 737 MAX y por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, que ha salpicado al resto del mundo, Boeing ha entregado solo 62 aviones de uso comercial durante este tercer trimestre, un 67 % menos a nivel interanual.
Por eso, la firma ha tomado decisiones que afectan a otras naves de su división más importante: debido "al actual entorno comercial global", dijo la firma, recortará la producción del modelo 787 de 14 a 12 unidades mensuales a finales de 2020 y mantendrá ese ritmo más lento durante dos años.
Muilenburg señaló que la guerra comercial entre EEUU y China es "un reto" y que "no se han materializado" los pedidos que habían previsto por parte del gigante asiático, así que Boeing ha tomado esa decisión "siguiendo las señales del mercado", aunque "las perspectivas a largo plazo no han cambiado".
"Con esperanza de que la aviación sea parte de la solución comercial" con China, y "siguiendo las negociaciones", el consejero delegado agregó que la aeronáutica también pospondrá las primeras entregas del modelo 777X, que está en pruebas, hasta principios de 2021.
En la Bolsa de Nueva York, las acciones de Boeing, que cotizan en el Dow Jones de Industriales, ganaban a media sesión un 0,82 % con los inversores divididos ante unos resultados satisfactorios en cuanto a ingresos, pero no en cuanto a beneficios.