Cuba inició este lunes la venta en divisas de productos electrónicos y componentes de coches, por ahora solo en contadas tiendas de La Habana y Santiago de Cuba (oriente), como parte de la última estrategia del Gobierno para recaudar "moneda fuerte" y paliar la grave crisis de liquidez que sufre el país.

Cientos de personas esperaban desde la madrugada la apertura de los establecimientos -doce en la capital y uno en Santiago-, donde se podrán adquirir bienes muy solicitados como neveras y aparatos de aire acondicionado, que desde hace años solo se encontraban en el mercado paralelo de mercancías traídas desde México o Panamá.

La avidez de los cubanos parece confirmar el entusiasmo inicial con que fue acogida la medida, anunciada hace unas dos semanas dentro de un paquete de normas con las que La Habana busca evitar la fuga de capitales, controlar la oferta y atender a la alta demanda que hasta ahora la red estatal de tiendas no podía suplir.

"Así el pueblo tiene más oportunidades de adquirir cualquier artículo necesario y no tienen que viajar al extranjero", aseguró a Efe Jesús Batista mientras hacía fila frente a una de las tiendas, localizada en el municipio habanero de Playa.

Tras más de cinco horas "en la cola" y sin perder la paciencia, este jubilado espera comprar "un congelador, como la mayoría de los que están aquí" y considera que los precios "son asequibles" comparados con los de los productos importados por comerciantes (las llamadas "mulas") en viajes particulares.

"Si se promedia lo que se tiene que gastar para adquirir ese producto fuera (vale la pena). Ahora lo tienes en el país y con garantía", insistió en referencia a la informalidad del mercado negro que por décadas funciona como alternativa al desabastecimiento crónico del país caribeño.

Entre los bienes que los cubanos podrán comprar ahora legalmente y a precios de mercado están las neveras, los "splits" para aliviar el agobiante calor tropical y los televisores inteligentes de alta gama, por los que pagarán precios un 50 % menores a los fijados por las "mulas".

La única condición impuesta por el Gobierno para poder comprar en estas tiendas es que todas las transacciones serán siempre con tarjeta bancaria y en divisas como dólares, libras esterlinas o euros, entre otras.

Esta es una de las principales diferencias entre estos nuevos comercios y las tiendas en dólares que funcionaron en el país de 1993 al 2004, durante la debacle económica causada por la caída de la Unión Soviética y la retirada de sus subsidios.

Para garantizar la disponibilidad, los bancos estatales cubanos facilitaron en las últimas semanas la apertura de cientos de cuentas en "moneda fuerte" a todo el cliente que lo solicitara.

Esta medida pretende facilitar una necesaria inyección de capital que ayude a reflotar la economía de la isla, en uno de sus peores momentos.

A la crónica ineficiencia del sistema centralizado y la prolongada crisis de Venezuela, el principal aliado económico de Cuba, se ha sumado en el último año el endurecimiento del embargo de EEUU con consecuencias como la caída de los ingresos turísticos y problemas con el suministro de combustible.