Murcia, 28 oct (EFECOM).- Los empresarios familiares españoles ven la situación económica con algo más de pesimismo respecto al año pasado, al dar una nota de 5,33 puntos al actual contexto, frente a los 5,48 puntos de 2018, y ser mayoría los que auguran un crecimiento frágil de la actividad sin creación neta de empleo.

Estos datos se recogen en la encuesta interactiva elaborada al más de medio centenar de empresarios familiares que asisten al XXII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que se celebra este lunes y martes en el Auditorio y Centro de Congresos de Murcia con la inauguración a cargo del Rey Felipe VI.

En una escala de 0 a 9 puntos, los directivos otorgan 5,33 puntos a la situación económica actual, ligeramente inferior a la que se registró en la encuesta de hace un año (5,48) y a la de 2017, cuando la nota fue de 6,22 puntos.

La cifra actual se acerca más a la calificación que se dio en 2015 y 2016, que fue de 5,31, aunque lejos de las que se registraron en los años más intensos de la crisis, cuando se llegó a 2,3 puntos, en 2011.

A la pregunta de cómo cree que será el crecimiento a corto y medio plazo de la economía española, dos de cada tres empresarios (63 por ciento) responden que será "frágil sin creación neta de empleo" -en 2018 fue el 41 por ciento-.

El tercero restante cree que habrá un "moderado aumento" de la actividad con una "limitada" creación de empleo (57 por ciento hace un año).

Solo el 1 por ciento cree que habrá un "aumento rápido" de la economía con una "intensa" creación de los niveles de trabajo.

El congreso del IEF tiene lugar a menos de dos semanas de las elecciones generales del 10 de noviembre y en un contexto marcado por la desaceleración de la economía y del empleo, a lo que han contribuido factores como el "brexit" y la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

En el caso de España, la coyuntura se ha traducido, entre otros indicadores, en una rebaja de la previsión de crecimiento, que quedaría en el 2,1 por ciento, y una ralentización del mercado laboral.

La encuesta realizada antes de la inauguración del congreso del IEF también se interesa por las previsiones para 2020 en cuanto a la cifra de ventas.

Un 46 por ciento de los consultados prevé un aumento -hace un año fue el 64 por ciento-, mientras que el 35 por ciento presagia unas ventas similares a las del pasado ejercicio.

Uno de cada cinco (19 por ciento) augura una reducción de la facturación, cuando hace un año este porcentaje era del 8 por ciento.

Los empresarios familiares también se han pronunciado sobre sus perspectivas en cuanto al empleo.

Un 48 por ciento apunta que mantendrá los niveles actuales de su plantilla, frente al 36 por ciento que estima que la incrementará.

Sólo un 16 por ciento tiene en mente reducir el número de sus trabajadores.

En cuanto al destino de los beneficios de la empresa, una amplia mayoría de los directivos se inclina por la reinversión en el propio negocio (59 por ciento).

El 19 por ciento planea destinar el beneficio a disminuir la deuda, el 14 por ciento, invertir en nuevos mercados, y el 8 por ciento restante, repartirlo entre los socios.

A la hora de señalar los principales desafíos que tiene España, son mayoría (1.328) los que hablan de la gobernabilidad, después de varios meses con el Ejecutivo en funciones.

En segunda posición, se sitúan los que opinan que son las reformas estructurales (educación, administraciones públicas, regulación...), con un total de 1.216.

Les siguen el desempleo (890) y, por último, la despoblación y el envejecimiento (580).

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