El Banco de Japón (BoJ) inició hoy su reunión de política monetaria en la que se espera que la entidad discuta la posibilidad de tomar medidas adicionales de estímulo, entre ellas un recorte adicional de los tipos de interés.
La reunión de la junta de política monetaria del banco central nipón, que se prolongará hasta el jueves, coincidirá con la que mantendrá este miércoles la Reserva Federal estadounidense (Fed), y cuyas decisiones podrían influir al BoJ, según señalan los analistas nipones.
En caso de que la Fed optara por su tercera rebaja de tipos de interés en lo que va de año tal y como vaticinan muchos analistas, el BoJ podría seguir sus pasos y rectorar aún más los tipos negativos que ya aplica.
El motivo sería evitar que la bajada de tipos en Estados Unidos encarezca el yen frente al dólar, una tendencia que perjudica al sector exportador nipón.
El banco central japonés, además, lleva tiempo estudiando la posibilidad de medidas adicionales de estímulo monetario que se sumarían a su ambiciosa estrategia de flexibilización, y que permitirían impulsar la inflación y acelerar el crecimiento de la economía nipona.
El gobernador de la enditad, Haruhiko Kuroda, ha reiterado en sus últimas declaraciones que el BoJ está dispuesto a emprender acciones adicionales para lograr el deseado objetivo inflacionista si considera que las condiciones así lo requieren, y entre estas medidas contempla un nuevo recorte de tipos.
El BoJ aplica desde principios de 2016 una tasa de interés de referencia a corto plazo del -0,1 % para los depósitos de las instituciones financieras, con el fin de fomentar el gasto y las inversiones y lograr una progresiva recuperación económica.
El instituto emisor, además, tiene en marcha desde 2013 un cuantioso programa de estímulos monetarios que, entre otras medidas, incluye compras de bonos del Gobierno para que el rendimiento de los que tienen un plazo de 10 años se mantenga en torno al 0 %.
Durante la reunión de la junta del BoJ se analizará asimismo la evolución de los precios en la tercera economía mundial, que continúa lejos del objetivo inflacionista del 2,0 % interanual.
En septiembre, el último mes para el que hay datos disponibles, el Índice de Precios de Consumo (IPC) creció un 0,3 %, lo que supone su menor ritmo desde abril de 2017 y volvió a alimentar el debate sobre la necesidad de medidas adicionales de estímulo.
Se espera de hecho que el BoJ rebaje su estimación del avance del IPC del 1,0 % el actual ejercicio fiscal, que comenzó el pasado abril y concluirá en marzo de 2020.