Madrid, 31 oct (EFECOM).- Las mayores entidades financieras españolas -Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter- obtuvieron hasta septiembre un beneficio neto conjunto de 10.467,4 millones de euros, un 20,8 % menos que los 13.229 millones obtenidos en el mismo periodo del año anterior.
La caída obedece, según los analistas, al contexto de "desaceleración económica sincronizada" al que recientemente ha aludido la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y en el que predomina una política de bajos tipos de interés que en este tercer trimestre ha seguido lastrando la rentabilidad del sector bancario.
Ejemplo de ello lo plantea el Banco Santander, el de mayor tamaño, que ganó hasta septiembre 3.732 millones, un 35 % menos, después de realizar el ajuste de 1.500 millones en su filial británica y el ERE que siguió a la compra del Popular.
Más allá de la coyuntura global, el "número dos" de la entidad, José Antonio Álvarez, reclamó durante la presentación de resultados una mayor estabilidad institucional en España ante el deterioro de la economía "en muchos frentes", incluida la concesión de hipotecas, y la tensión con Cataluña.
Sólo en España, el banco ha ganado 1.185 millones, un 3,4 % más, tras completar la integración del Popular, tema que ahora le ocupa y por el que no piensa en participar en una nueva ronda de fusiones.
En cuanto al descenso del 15,2 % en el beneficio neto que experimentó BBVA, que ganó 3.667 millones de euros entre enero y septiembre, obedeció en parte a la falta de ingresos extraordinarios que se anotó en 2018 por la venta de BBVA Chile, y pese a que la entidad mostró un crecimiento generalizado de los ingresos de carácter más recurrente y se contuvieron los gastos de explotación.
En la nota que acompaña a los resultados presentados este jueves, el consejero delegado, Onur Genc, destaca que "a pesar del complejo entorno macroeconómico", el modelo de negocio diversificado, permite mantener al banco "unos buenos indicadores de riesgo y una sólida posición de capital".
También Caixabank ha visto cómo se reducía su beneficio hasta septiembre un 28,4 %, hasta 1.266 millones de euros, en su caso no sólo por el contexto económico sino debido al coste del ERE pactado con los sindicatos para reducir la plantilla en 2.023 empleados, que supone un gasto de 978 millones para la entidad.
Por su parte, Bankia, de la que el Estado aún posee un 61,4 %, obtuvo un beneficio neto de 575 millones de euros en este periodo, un 22,6 % menos, por las mayores provisiones, los menores resultados de las operaciones financieras y los tipos de interés negativos.
Por ello, revisará a la baja el objetivo de beneficios de su plan estratégico, repensando su modelo de negocio para ser capaz de mejorar su ingresos sin cobrar a los particulares por sus depósitos.
Con todo, avanzó su consejero delegado, José Sevilla, el banco espera salvar 2019 con un último trimestre récord y confía en que serán capaces de generar 2.500 millones de exceso de capital, de los que ya ha conseguido 1.280 millones.