El Gobierno italiano ha decidido convocar una mesa de diálogo permanente tras el anuncio de la eventual fusión entre la automovilística italiana Fiat Chrysler y la francesa PSA para vigilar y analizar los cambios que se produzcan en el sector del motor, como consecuencia de la natural electrificación que vive esta industria.
"La fusión entre FCA y PSA es una operación que constituye una potencial oportunidad para relanzar el sector del motor, un cambio en la perspectiva nacional, ya que crea un 'campeón europeo' de la industria", afirma el ministro de Desarrollo Económico y miembro del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Stefano Patuanelli, en una carta enviada al diario italiano La Stampa y que publica en su perfil de Facebook.
Patuanelli aplaude esta iniciativa entre ambos grupos, que creará el cuarto coloso del motor del mundo, con sinergias estimadas en 3.700 millones de euros, pero reconoce que genera algunas preocupaciones, especialmente en lo referente al empleo y a la producción en Italia.
"Por estas razones, hemos decidido convocar una mesa permanente sobre automoción en el ministerio, que tendrá como objetivo buscar las herramientas, también normativas, para hacer frente a los cambios en el sector", expone.
Considera que esta industria automovilística "experimentará un cambio profundo en los próximos años", causado por el desarrollo de las nuevas tecnologías, la transición hacia los vehículos eléctricos y las demandas de los clientes, "que exigirá comprar movilidad".
Y por eso cree que la política debe asumir "decisiones estratégicas, de visión, de largo plazo, incluso cuando estas puedan conducir a la pérdida del apoyo del electorado".
En este sentido, citó el impuesto que aprobó el anterior Ejecutivo, del M5S y la ultraderechista Liga, y que penaliza a los coches más contaminantes para incentivar la compra de vehículos que protegen el medioambiente, y también las inversiones desarrolladas en el país en la llamada industria 4.0, es decir, de las fábricas inteligentes.
El ministro defiende que el Gobierno debe favorecer la transición tecnológica de las empresas y asumir "medidas estructurales que calen en el tejido productivo del país".