Indra, clave en el primer aterrizaje de la historia gestionado desde una torre de control remota
Hace pocas fechas, por primera vez en la historia, un avión de pasajeros aterrizaba en un aeropuerto gestionado por una torre de control situada a cientos de kilómetros de sus pistas. Un primer paso en un proceso revolucionario. En el futuro, una única torre podrá controlar en modo remoto el tráfico de hasta 30 aeropuertos diferentes.
Una empresa española, Indra, ha sido clave para hacer realidad este logro revolucionario que abre las puertas de una nueva era de la navegación aérea. Con lo que consolida su posición como líder en gestión de tráfico aéreo a nivel mundial. De hecho, el 85% de todos los vuelos que se producen en todo el mundo son gestionados en algún momento de su trayecto por tecnología de Indra.
El pasado sábado 19 de noviembre en el aeropuerto de Røst, una isla noruega de tan solo 500 habitantes situada en el círculo Ártico, una aeronave recibió apoyo para tomar tierra desde la torre de control remota ubicada en el aeropuerto de Bodø, en la capital de la región de Norland, a más de 100 kilometros de distancia.
En un amplio panel de pantallas, los controladores en Bodø siguieron lo que ocurría en las pistas como si se encontrasen mirando través de la torre de control del aeropuerto de Røst. Mantenían al mismo tiempo comunicación constante con el piloto para darle todas las indicaciones necesarias para que tomase tierra de forma segura.
Indra, junto al proveedor de servicios de navegación Avinor y la tecnológica Konsberg se convirtió con este logro en auténtica pionera. Han realizado la primera prueba real con una tecnología revolucionaria que permitirá ahorrar enormes costes y ofrecerá unos niveles de seguridad superiores a los de hoy en día.
El objetivo perseguido es que la torre de control remoto de Bodø asuma progresivamente nada menos que el control de una red de 15 aeropuertos. Este centro se convertirá así en el mayor centro de control de torres remotas del mundo.
Esta cifra podría ampliarse posteriormente aún más, superando los 30 aeropuertos. Noruega se ha convertido con todo ello en el país del mundo que ha apostado con más decisión por esta tecnología y para ello ha escogido como socio clave a Indra, la empresa más avanzada del mundo en sistemas de tráfico aéreo con sistemas entregados a 160 países.
El sector de la aviación al completo sigue con mucha atención la evolución del que es en este momento el proyecto de torres remotas más ambicioso en marcha en todo el mundo. La participación de Indra y empleo de su tecnología ha sido clave para que esta iniciativa haya cosechado ya los primeros éxitos.
Noruega ha demostrado un especial interés en el uso de torres remotas principalmente porque la crudeza de sus inviernos y a la dispersión y baja densidad de su población hace del avión un medio de transporte imprescindible.
Sin embargo, mantener el servicio de control aéreo en pequeños aeropuertos que reciben unos pocos vuelos al día tiene un coste demasiado elevado. Obliga además a destinar a personal especializado a trabajar en zonas rurales muy alejadas durante largas temporadas.
Las torres remotas resuelven este problema, concentrando a los controladores en un único centro desde el que se gestionarán la mayor parte de los aeropuertos del país.
Si bien la gestión de pequeños aeropuertos es el primer campo de pruebas de este nuevo tipo de torre, en el futuro esta tecnología también se utilizará en aeropuertos de más tamaño y tráfico.
En este caso, el uso de esta tecnología ayuda eliminar puntos muertos difíciles de controlar desde una torre convencional, permite hacer zoom para controlar la cabecera de una pista e incluso mostrar sobreimpresa en pantalla información contextual útil sobre la aeronave que está tomando tierra, la velocidad del viento en la pista, etc.
Por otra parte, puede ahorrar el coste de la obra civil que implica la construcción de una torre que se eleva decenas de metros sobre el suelo. La tecnología ha hecho que esto ya no sea necesario y probablemente en el futuro dejará de ser habitual su presencia.
Las torres remotas permiten contar con un respaldo en caso de que la torre principal deje de estar disponible por algún fallo o porque haya demasiada nubosidad o viento.
Para que las torres remotas comiencen a utilizarse de forma generalizada en todo el mundo aún habrá que realizar pruebas en todo tipo de condiciones y situaciones.
El éxito logrado en esta primera prueba supone un primer paso clave en esta dirección. La calidad con la que se ha seguido la maniobra de aproximación y mantener la comunicación con el piloto ha sido óptima y el desarrollo de esta tecnología promete ser rápido.