Bruselas, 8 nov (EFECOM).- Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) dieron este viernes el visto bueno a la creación de índices de referencia que permitan identificar empresas y actividades que contribuyan a objetivos climáticos, para fomentar la inversión en este tipo de proyectos.
La medida se enmarca dentro de las iniciativas de la UE para fomentar las denominadas finanzas sostenibles, ya que los Veintiocho calculan que para cumplir sus objetivos climáticos necesitarán 180.00 millones de euros adicionales en inversiones cada año, hasta 2030.
Tal volumen difícilmente podrá salir solo de las arcas públicas, con lo que se busca potenciar y facilitar también la inversión privada.
En concreto, con las medidas aprobadas hoy se pondrán en marcha índices de referencia de transición climática de la UE, que se determinarán teniendo en cuenta a empresas que sigan una trayectoria de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se pueda medir de aquí a finales de 2022.
Un segundo tipo serán los índices de referencia armonizados con el Acuerdo de París por el Clima, que tienen el objetivo más ambicioso de seleccionar únicamente los componentes que contribuyan a alcanzar la meta de limitar el aumento de la temperatura en el planeta por debajo de los 2 grados centígrados, indicó el Consejo en un comunicado.
El texto aprobado este jueves introduce además la obligación para todos los índices de referencia de explicar cómo se reflejan en su estrategia de inversión los factores medioambientales, sociales y de gobernanza.
Además, los ministros adoptaron una segunda iniciativa que exige a los inversores institucionales, como las empresas de seguros o gestores de activos, que informen de cómo incluyen los riesgos medioambientales y sociales en su proceso de inversión y en qué medida esos riesgos pueden afectar a la rentabilidad.
Al mismo tiempo, cuando afirmen que apliquen una estrategia ecológica, tendrán que explicar cómo se aplica la mismas y los efectos de sus carteras de inversión sobre el clima.
El objetivo en la práctica es evitar el llamado "blanqueo ecológico", es decir que se promocionen ciertos productos financieros como sostenibles o respetuosos con el clima cuando en realidad no cumplen tales objetivos.
Para que las medidas puedan entrar definitivamente en vigor solo falta la aprobación final por parte del Parlamento Europeo, prevista para finales de este mes.
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