Argel, 14 nov (EFECOM).- El Parlamento argelino aprobó hoy los nuevos presupuestos del Estado y la polémica reforma de la ley de hidrocarburos pese a las protestas en la calle y el boicot de los partidos de oposición, en particular de los islamistas del Movimiento Social por la Paz (MPS) -tercera fuerza en la Cámara- y de un grupo de independientes, que no asistieron a la sesión.
La nueva ley, que según el gobierno designado tras la forzada dimisión en abril del presidente Abdelaziz Bouteflika pretende abrir el rico mercado del petróleo y el gas argelino al exterior, recibió el respaldo de los 262 diputados presentes en la sala, de los 462 que componen la Asamblea
La votación se celebró en medio de un férreo y amplio dispositivo policial que blindó el centro de la capital e impidió a los miles de ciudadanos congregados acercarse al edificio del Parlamento, e incluso marchar por calles aledañas que conducen a la vecina plaza de la Grande Poste, corazón de Argel.
"Los diputados han votado al margen de las tensiones y los pulsos políticas para dotar Argelia de unas leyes que garanticen la igualdad de oportunidades y permitan poner fin a los monopolios" aseguró el presidente interino de la Cámara, Sliman Chenin.
De acuerdo con el régimen emanado de la dramática salida de Bouteflika, la nueva ley de hidrocarburos permitirá incrementar la capacidad de producción de energía de Argelia, país miembro de Organización de País Exportadores de Petróleo (OPEP), y facilitará la cooperación entre las petroleras extranjeras y la empresa estatal Sonatrach, motor de la economía argelina.
El nuevo marco legislativo cambia las condiciones con un nuevo abanico de contratos con las empresas foráneas, ofrece incentivos fiscales, suprime obstáculos burocráticos y administrativos, y amplia el mercado energético al eliminar la norma que exigía que el 51 % de las acciones de la empresa coparticipada estuviera siempre en poder del socio o inversor argelino.
Los partidos de la oposición, que se han expresado en contra de varios puntos de la ley, como la apertura al mercado del "fracking" -cuyos riesgos reales se desconocen y al que se oponen las poblaciones del sur, las más afectadas por esta polémica técnica- exigían que la redacción y aprobación de la ley se pospusiera hasta después de la elección del nuevo presidente, prevista para el próximo 12 de diciembre.
Desde su perspectiva, el Ejecutivo actual tiene carácter provisional y carece de autoridad para redactar ese proyecto de sector estratégico.
En la calle, los manifestantes acusan al nuevo régimen de aprovecharse de este periodo de transición para aprobar un marco legal que les permitirá "esquilmar las riquezas petroleras", que suponen el 96 % de las exportaciones argelinas y el pilar fundamental de su frágil y dependiente economía.
Argelia es escenario de manifestaciones populares masivas cada viernes y cada martes desde que el pasado 22 de febrero un grupo de jóvenes desafiara a las fuerzas de seguridad y saliera a las calles para oponerse a la reelección para un quinto mandato consecutivo de Bouteflika, gravemente enfermo desde 2013.