Bruselas, 15 nov (EFECOM).- El Banco Europeo de Inversiones (BEI) dejará de financiar proyectos ligados a los combustibles fósiles, incluido el gas natural, a partir de finales de 2021, una decisión sin precedentes para un inversor internacional y que supone un paso importante en la estrategia europea contra el cambio climático.
"El BEI ha sido el banco climático de Europa durante años. Hoy ha decido dar un salto cuantitativo en su ambición. Dejaremos de financiar combustibles fósiles y lanzaremos la inversión de estrategia climática de cualquier institución financiera en el mundo", dijo el presidente del banco, Werner Hoyer, sobre la decisión adoptada en la noche del jueves por la junta de directores tras una maratoniana negociación.
La decisión ha salido adelante con el apoyo, entre otros, de España, Francia y Holanda, favorables desde un principio a excluir también el gas de la financiación, así como de Alemania, que en la última fase de las negociaciones se planteó abstenerse por este motivo.
Finalmente la extensión del plazo para dejar de financiar estos proyectos, que el borrador de compromiso inicial fijaba al final de 2020, permitió tener el sí del principal accionista del banco.
Se opusieron a la decisión Hungría, Polonia y Rumanía, países tradicionalmente más escépticos en lo que concierne a la política climática y que pedían no dejar fuera ya el gas, una opción por la que había abogado también la Comisión Europea durante los meses que lleva fraguándose la decisión.
Además de dejar de financiar los combustibles fósiles, el BEI ha rebajado el umbral de emisiones que pueden tener las centrales energéticas para poder recibir financiación, de los 550 gramos de dióxido de carbono para producir un kilowatio a la hora actuales a 250 gramos por kilowatio.
Por otra parte, el BEI podrá financiar hasta el 75 % del coste de proyectos de inversión en energía en diez países europeos que tienen especiales dificultades para dejar atrás los fósiles.
El BEI adoptó, además, una nueva estrategia de financiación energética que dará prioridad a los proyectos de eficiencia energética, prestará más apoyo a las tecnologías de cero emisiones de carbono, aumentará la financiación para la producción de energía descentralizada y nuevas formas de almacenamiento e invertirá en las redes para fuentes de energía intermitentes como la solar o eólica.
En cuanto a su estrategia de acción climática y sostenibilidad, el BEI prevé aumentar su financiación a iniciativas en esta materia de modo que para 2025 supongan el 50 % de sus operaciones e invertir en total un billón de euros en estos proyectos entre 2021 y 2030.
La institución alineará sus actividades con los objetivos del Acuerdo de París por el clima en 2020.
La UE tiene como meta conseguir una cuota del 32 % de energías renovables para 2030 y estudia fijarse como objetivo ser un continente climáticamente neutro para 2050, mientras que la nueva Comisión Europea tiene como prioridad trabajar en un Nuevo Acuerdo por el Clima, que se vería reforzado con la estrategia del BEI.
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