El Banco Central Europeo (BCE) está preparando el marco para introducir los riesgos ligados al cambio climático en sus tests de estrés a los bancos de la Eurozona, según dijo este jueves el vicepresidente del emisor europeo, Luis de Guindos.

En una conferencia organizada por el Grupo de Banca de Ahorros y Minorista Europea, De Guindos afirmó que los riesgos ligados al cambio climático "tienen el potencial de convertirse en sistémicos para el sistema financiero de la eurozona, sobre todo si los mercados no los valoran correctamente" y añadió que el BCE "está estudiando cuidadosamente" su impacto.

"Estamos desarrollando un marco analítico para llevar a cabo un test de estrés climático para el sector bancario del área del euro", dijo De Guindos.

El BCE quiere hacerlo "lo antes posible", pero tener lista la "taxonomía" sobre los activos verdes propuesta por la Comisión Europea "aceleraría" el proceso, dijo el vicepresidente del emisor en declaraciones a Efe.

No obstante, añadió, el BCE "seguirá adelante" con el proceso aunque esta medida no esté lista.

De Guindos destacó que esta "taxonomía", una clasificación destinada a definir y clarificar los activos que pueden considerarse auténticamente ecológicos o sostenibles, es "crucial" dada la escasa información que publican los bancos sobre sus riesgos climáticos y las divergencias entre las mediciones que hacen algunas agencias.

Este marco "piloto" de test será macroprudencial y permitirá al supervisor analizar cómo se materializan los riesgos de transición ecológica sobre la solvencia de la banca y su capacidad de préstamo, así como las implicaciones para la economía en general, explicó de Guindos en la conferencia.

"Estos test de estrés serán difíciles de diseñar e implementar, pero podrían aumentar nuestro conocimiento sobre el impacto financiero de los riesgos climáticos", añadió el exministro español de Economía.

En un principio, los test tendrían en cuenta los riesgos ligados a la transición de ciertos sectores a un modelo de bajas emisiones de dióxido de carbono, que podrían afectar a la banca en función de su exposición a los mismos.

El objetivo final, no obstante, es incorporar los riesgos físicos, es decir, los que derivan del aumento de desastres naturales que traería consigo el cambio climático.

Las finanzas sostenibles se han convertido en los últimos dos años en una prioridad para la Unión Europea, que ha adoptado medidas como la creación de la "taxonomía" o de índices climáticos para facilitar las inversiones sostenibles.

La "taxonomía" todavía está en fase de negociación entre el Consejo (los países) y el Parlamento, que deben pactar los detalles antes de que pueda entrar en vigor.

En ese contexto, se ha pedido a la Autoridad Bancaria Europea y al BCE que analicen si es necesario revisar el marco regulatorio y supervisor comunitario para tener en cuenta los riesgos climáticos, al tiempo que - sobre todo desde la Eurocámara- se reclama al BCE incorporar consideraciones climáticas en sus políticas.

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