Riga, 27 nov (EFECOM).- Una carta abierta de 62 empleados del macroproyecto ferroviario Rail Baltica que, financiado con fondos comunitarios, pretende unir por tren Helsinki con las capitales de Estonia, Letonia y Lituania, avivó este miércoles las dudas sobre el futuro de la iniciativa, en la que participan también empresas españolas.
"Nos preocupa que el proyecto Rail Baltica, generosamente cofinanciado por la Unión Europea, se encuentre en una situación crítica debido a la mala gobernanza corporativa y a situaciones de conflicto de intereses," argumentan los empleados.
En la carta, difundida este miércoles por medios letones, los empleados exigen la dimisión inmediata del presidente del consejo supervisor, Karolis Sankovski, al que culpan de "descarado conflicto de intereses", puesto que mantiene también un puesto directivo en los ferrocarriles de Lituania.
El objetivo del macroproyecto, valorado en 5.000 millones de euros, es construir 870 kilómetros de vías férreas de alta velocidad, adaptando a estándares europeos las conexiones entre Tallín, Riga y Vilna.
En los últimos meses, en la empresa conjunta que gestiona Rail Baltica se han sucedido las dimisiones, entre ellas las de los dos últimos directores ejecutivos, debido a los problemas internos y la falta de coordinación entre las diversas autoridades nacionales.
Los firmantes de la carta también ponen en duda las cualificaciones y la imparcialidad del nuevo director ejecutivo, Agnis Driksna, que asumió el cargo este martes y trabaja para una empresa letona controlada al 100% por el estado.
Según explicaron a Efe fuentes cercanas al proyecto, se espera que el Tribunal Europeo de Cuentas, que supervisa el gasto de la Comisión Europea (CE), emita el próximo mes de enero un informe crítico con el proyecto que podría contribuir a inquietar aún más a los proveedores.
El consorcio formado por las empresas españolas Ineco y Ardanuy se encarga de la puesta en marcha de los sistemas de energía y las instalaciones de mantenimiento en los 870 kilómetros de trayecto.