Poco optimismo entre los gigantes de la inversión en los mercados financieros de cara a los próximos años. Según la última encuesta global entre inversores institucionales realizada por Natixis IM, un 83% de los encuestados considera que en el plazo de cinco años se producirá una nueva crisis financiera. “Para los inversores institucionales globales, los últimos 12 meses han dado lugar a una compleja selección de desafíos macroeconómicos que pondrán a prueba la configuración de las carteras para 2020", explica Sophie del Campo, managing director para Iberia, Latam and US Offshore de la firma. "Esto ha llevado a prever que habrá una ralentización global más pronto que tarde", insiste.
La encuesta desvela una severa preocupación por la creciente volatilidad en los mercados. De hecho, la mayoría apunta a este factor como el mayor riesgo de las carteras para 2020, por encima de la preocupación por el impacto de los bajos tipos de interés en las rentabilidades.
CÓMO ENCONTRAR RENTABILIDAD
En este escenario, los inversores institucionales se enfrentan al desafío de encontrar rentabilidad. Esto ha llevado al 75% de los encuestados a reconocer que han adoptado demasiados riesgos en su búsqueda de rentabilidad. Más de la mitad de los inversores (56%) cree que los bonos con rendimientos negativos aumentarán en 2020, y a un 54% de los encuestados les preocupa que los bancos centrales no dispongan de las herramientas que necesitan para superar una nueva crisis.
La incapacidad para encontrar rentabilidad en los activos tradicionales ha llevado a los inversores institucionales a recurrir a los mercados privados. En general, creen que estos activos son más adecuados que los activos tradicionales por dos funciones críticas para cualquier cartera: ofrecen diversificación (62%) y generan rentabilidades más atractivas (61%). Las estrategias más comunes son el capital riesgo, en el que han invertido un 79% de las instituciones, y la deuda privada (76%).
“Una década de bajos tipos y de escaso crecimiento económico ha llevado a que los inversores busquen fuentes de rentabilidad alternativas. Dado que los activos tradicionales no ofrecen la rentabilidad que los inversores institucionales necesitan para alcanzar sus objetivos a largo plazo, y dadas las expectativas de otra crisis a corto plazo, casi siete de cada diez (68%) aseguran que la inversión privada estará más presente en sus carteras de ahora en adelante”, enfatiza Sophie del Campo.
APUESTA POR LA GESTIÓN ACTIVA
Ante el desafío de la volatilidad y los tipos, aproximadamente la mitad de las instituciones (46%) cree que aumentará la dispersión. El consiguiente aumento del diferencial entre los precios de los valores, puede ser un motivo por el que el 75% de los inversores institucionales opine que los actuales mercados prefieren la gestión activa.
Esto debería ser una buena noticia para el 71% al que le resulta más difícil generar alfa a medida que los mercados aumentan su eficiencia. Los inversores están dirigiendo su ponderación a las inversiones activas (71%) para abordar la volatilidad cada vez mayor de los mercados y esperan mantener el reparto (70% a la inversión activa frente al 30% a la inversión pasiva) durante los próximos tres años.