Nueva York, 4 dic (EFECOM).- La petrolera estatal brasileña Petrobras baraja ampliar su plan de desinversión con varios activos "extra", entre ellos su participación en la petroquímica Braskem, para lo que sus ejecutivos urgieron este miércoles al conglomerado Odebrecht, el socio controlador, que acelere su venta.
Petrobras celebró hoy en la Bolsa de Nueva York una jornada para inversores en la que desgranó nuevos detalles del plan estratégico 2020-2024 que anunció hace una semana y que supone una inversión de 75.700 millones de dólares, especialmente concentrados en la explotación del presal, una zona petrolera en aguas profundas.
La empresa más grande de Brasil prevé para ese periodo un plan desinversiones en activos no esenciales por valor de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares, cifra que podría ascender si vende otras propiedades antes no mencionadas.
"Los activos extra que no están incluidos en el plan son BR Distribuidora, Braskem, activos en Bolivia y otros que estamos revisando y podríamos vender (...), y que se suman al plan de entre 20.000 y 30.000 millones", dijo la principal ejecutiva financiera de la firma, Andrea Almeida.
Al respecto de Braskem, considerada la mayor petroquímica de América Latina, el consejero delegado de Petrobras, Roberto Castello Branco, abordó versiones que apuntan a que Odebrecht planea vender en tres años su participación del 30 % pero que incluye la mayoría de acciones con derecho a voto.
"Parece el plan de alguien que no quiere vender nada. Odebrecht está en una situación financiera complicada y debería acelerar la venta de Braskem. Nosotros queremos vender el 100 % de nuestras acciones", afirmó el principal ejecutivo de Petrobras, que valora su participación en entre 2.000 y 3.000 millones de dólares.
Los ejecutivos señalaron en su presentación en Wall Street que el plan estratégico, que además de las desinversiones implica recortes en costes y una reducción de la deuda, tiene como meta aumentar el valor de la compañía un 45 % para 2021.
En general, con ese plan la brasileña busca "cerrar la brecha" de ineficiencias que la separa de sus rivales, comentó Castello.
El ejecutivo indicó a Efe su perspectiva sobre el sector energético, en el que no contempla ningún "cambio de escenario, al menos durante la primera mitad de 2020, por lo que se espera que el precio del petróleo siga en el rango de 60 a 65 dólares", sin tendencias alcistas o bajistas "significativas".
"Del lado del suministro (...), esperamos que el de Estados Unidos siga creciendo, y por otra parte vemos que la economía global ha estado desacelerándose", abundó Castello, que apuntó a cierta "volatilidad" tras el reciente ataque a la saudí Aramco, cuando el precio se "disparó" y después volvió a los 60 dólares.
"En otras ocasiones, si la economía global estaba creciendo con fuerza esto podía establecer una tendencia alcista, pero no está pasando nada", sostuvo.
La ejecutiva responsable de la refinería y el gas natural, Anelise Quintao, destacó por su parte que en el plan se incluyen "por primera vez diez compromisos de sostenibilidad" para avanzar hacia una economía con bajas emisiones de gas carbono, una iniciativa que describió como "nuestra Biblia".
"Estamos abordando el cambio climático: hemos reducido nuestras emisiones firmemente en los últimos cinco años y en este esfuerzo estamos solo por detrás de la noruega Equinor", agregó el consejero delegado, que consideró importante "capturar la acción del CO2 e inyectarla en los pozos petrolíferos".
Asimismo, indicó que Petrobras está incrementando su producción de gas natural y que espera con ello contribuir "a reducir los costes industriales, a una fabricación y unos transportes más limpios", sobre todo en Brasil.