Laura Ramos
Madrid, 7 dic (EFECOM).- En un marco de concienciación alta de las empresas con el cambio climático, el sector inmobiliario sigue estando a la cola en términos de sostenibilidad, por lo que promotores y constructores piden a la Administración objetivos razonables y dotados económicamente para que sean creíbles.
El presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE), Juan Antonio Gómez-Pintado, lleva semanas advirtiendo de que, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (DS), el sector tiene que "tener otro ímpetu para que no ocurra lo que ocurrió con los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio, fijados en el año 2000), que fueron un fracaso".
Según Pintado, para que eso no ocurra los gobiernos tendrán que tomar numerosas medidas "no populares" en los próximos diez años, además de sentarse con el sector para "marcar objetivos razonables" y ver qué fondos privados y públicos se requieren.
El borrador de Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 que el Ejecutivo de Pedro Sánchez envió hace diez meses a Bruselas con el compromiso de reducir un 20 % las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990 incluye el objetivo de descarbonización del parque inmobiliario en 2050.
Los objetivos que contiene en materia de rehabilitación de edificios existentes son mejorar la eficiencia energética (envolvente térmica) de 1.200.000 viviendas en la década 2020-2030 y renovar las instalaciones térmicas de calefacción y ACS de 300.000 casas al año.
Las actuaciones de rehabilitación, que pretenden reducir la demanda de calefacción y refrigeración, se centran en la envolvente térmica de los edificios y podrán ser sobre fachadas, cubiertas, suelos, carpinterías exteriores, vidrios y protecciones solares.
En cuanto al parque de edificios públicos, el objetivo para todas las administraciones es renovar el 3 % anual de la superficie edificada y climatizada.
Para fijar las cantidades anuales de rehabilitación de vivienda, el Ministerio de Fomento tienen previsto aprobar a principios de 2020 una nueva "Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España".
Al sector residencial le corresponde cumplir con el 18 % del ahorro de energía final acumulado para el periodo 2021-2030 (6,7 millones de toneladas equivalentes de petróleo), para lo cual se prevén medidas legislativas, de fiscalidad y programas de apoyo público con ayudas a fondo perdido de financiación para edificios de viviendas que se rehabiliten energéticamente y mejoren su calificación.
Un apoyo público estimado en 5.509 millones de euros, que provendrán en buena medida de fondos estructurales y de inversión europeos y que permitirán movilizar un volumen inversor de 22.431 millones en el conjunto del periodo, según recoge el borrador del PNIEC.
Entretanto, en el marco de la Cumbre del Clima de la ONU (COP25), una treintena de profesionales y entidades, entre ellas la APCE y asociaciones de fabricantes, han suscrito una declaración de emergencia climática en la que adquieren nueve compromisos, entre ellos el de acelerar el ritmo de la rehabilitación y la adaptación del parque de edificios existentes para poder cumplir con los objetivos.
Auspiciado por el "Observatorio 2030" del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos (CSCAE), este manifiesto refleja la necesidad de adaptación de un sector que avanza lentamente, según los expertos.
En el segmento de las oficinas, el consejero delegado de la red de 'coworking' Impact Hub, Antonio González, cree que la clave de por qué este sector se ha quedado atrás es que "no se cuenta con la opinión del usuario a la hora de planificar los proyectos y por la extensión en el tiempo que estos suponen".
Cristina Reina, directiva de la firma de asesoría financiera Arcano, cree que, cuando se compra, cada vez se tiene más en cuenta que los edificios sean sostenibles, mientras que el vicepresidente y consejero delegado de Merlin Properties, Ismael Clemente, duda de que los inquilinos valoren mucho los edificios con certificados de sostenibilidad.