La City de Londres afronta las elecciones británicas como un arma de doble filo. Por un lado, teme un Gobierno del laborista Jeremy Corbyn que pueda adoptar medidas "antiempresariales", pero al mismo tiempo recela del "brexit" duro al que puede conducir el acuerdo del conservador Boris Johnson.
Lo que los mercados financieros y las empresas tienen claro es que los comicios del 12 de diciembre están llamados a marcar el inicio de una nueva etapa para la economía del Reino Unido.
Su resultado determinará tanto las condiciones de la salida del país de la Unión Europea (UE) como un posible cambio en el tamaño y la forma del Estado tras una década de austeridad.
MAYORÍA ABSOLUTA CONSERVADORA
Una victoria clara de Johnson allanaría el camino para un divorcio negociado con Bruselas, por lo que los analistas coinciden en que impulsaría la inversión, la cotización de la libra esterlina y las perspectivas económicas del Reino Unido a corto plazo.
La reducción de la incertidumbre política, junto con los estímulos fiscales que planea Johnson, podría traducirse en una subida de tipos en la segunda mitad de 2020, con posibilidad de alcanzar el 1,5 % un año y medio después (frente al 0,75 % actual), según las previsiones de la consultora Capital Economics.
La firma Nomura calcula que la libra esterlina reaccionaría con una subida de en torno al 3,8 % respecto al dólar estadounidense a una mayoría conservadora en las urnas.
Los expertos advierten, sin embargo, de que los detalles de la futura relación comercial entre ambos lados del canal de la Mancha estarán aún en el aire incluso si el Parlamento británico ratifica el pacto al que ha llegado Johnson con Bruselas. Si el Reino Unido abandona la UE el 31 de enero en base a ese acuerdo, comenzarán en ese mismo momento las complejas negociaciones para diseñar un nuevo marco comercial común, cuyos pormenores no están contemplados en el acuerdo de salida.
Ese marco debe estar completado antes de diciembre de 2020, cuando termina el periodo de transición. Si no se cumple ese límite, ni se alarga el plazo, el Reino Unido se vería abocado a un escenario similar al de un "brexit" sin acuerdo un año después de romper los lazos con la UE.
Esa posibilidad puede contrarrestar el optimismo generado por una victoria conservadora, indicó a Efe el economista jefe de la firma Capital Economics, Paul Dales.
En caso de que un Gobierno conservador no acuerde rápidamente una nueva relación comercial, o bien pida una prórroga de la transición, los expertos creen que puede debilitarse la expansión económica y posponerse el calendario de subida de tipos.
CONSECUENCIAS DE UN BREXIT DURO
El acuerdo de Johnson apuesta por un futuro vínculo más alejado del mercado único y el resto de estructuras comunitarias que el que había diseñado la anterior primera ministra británica, la también "tory" Theresa May.
Según cálculos del Gobierno del Reino Unido publicados en noviembre de 2018, un acuerdo de libre comercio con la UE al estilo del de Canadá, como promueve el acuerdo de Johnson, significaría que el PIB británico crecería un 6,7 % menos en los próximo 15 años, comparado con continuar en el bloque. Pese a esos augurios negativos, algunos expertos consideran que los mercados pueden ver aspectos positivos en ese escenario.
"Con el acuerdo de Johnson llegará mucha más autonomía (para el Reino Unido) y eso significa flexibilidad para obtener mejores resultados económicos en cuanto a comercio, movimiento de trabajadores y legislación en general", apuntó a Efe Bethel Loh, analista de ThinkMarkets.
El experto esgrimió que "sin duda, existe cierta preocupación sobre cómo puede afectar a las empresas, pero también hay bastante optimismo".Dales, por su parte, sostuvo que el mercado va a afrontar ciertas contradicciones ante cualquier resultado electoral. "Va a tener que lidiar con un 'brexit' más duro si hay un Gobierno conservador, pero con políticas favorables a las empresas, o bien con un 'brexit' más suave con los laboristas, que podrían poner potencialmente en marcha políticas que estrecharían los márgenes de beneficio", afirmó.
GOBIERNO CONSERVADOR EN MINORÍA
Una victoria de Johnson sin mayoría absoluta en el Parlamento complicaría la ratificación del acuerdo del "brexit". Eso abriría la puerta a un nuevo retraso de la salida de la UE, alargando la incertidumbre, o bien volvería a poner sobre la mesa la posibilidad de una ruptura no negociada el próximo 31 de enero.
En ese escenario, los estímulos fiscales de unos 20.000 millones de libras (23.680 millones de euros) que plantean los conservadores podrían quedar paralizados, y los tipos de interés podrían reducirse al 0,50 % antes de volver a remontar, según Capital Economics.
VICTORIA LABORISTA
Un Gobierno laborista aseguraría un "brexit" suave y una futura relación con la UE más cercana, e implicaría al mismo tiempo la reapertura de las negociaciones con Bruselas y previsiblemente la celebración de un nuevo referéndum.
Al mismo tiempo, Corbyn propone aumentar el gasto público hasta niveles no vistos desde la década de 1970 y nacionalizar compañías ferroviarias y de servicios. Los economistas calculan que un Ejecutivo liderado por Corbyn con mayoría en la Cámara de los Comunes podría poner en marcha estímulos por valor de 55.000 millones de libras anuales (65.160 millones de euros).
Algunos analistas argumentan que el aumento del gasto que proponen los laboristas puede impulsar la economía británica, pero apuntan que ese empuje puede quedar eclipsado por otras medidas.
"Uno de los aspectos más preocupantes para el mercado del programa electoral laborista es que el precio que se pagaría por las empresas nacionalizadas sería estipulado por una comisión de diputados y no reflejaría necesariamente el valor de mercado", señaló el experto de Capital Economics Thomas Pugh.
Nomura considera que la libra perdería en torno a un 4,4 % frente al dólar en caso de una mayoría laborista, mientras que Capital Economics advierte de que ese escenario llevaría a un recorte de tipos.