Madrid, 10 dic (EFECOM).- La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado Tejero, ha señalado que el 25 % de la cartera de los préstamos de la banca dedicados a financiar actividades productivas de empresas no financieras y empresarios individuales tienen un riesgo bajo ligado a la transición energética y no ha descartado medidas regulatorias temporales para evitar que se incremente durante ese proceso.
En un artículo sobre "Transición energética y estabilidad financiera. Implicaciones para las entidades de depósito españolas", incluido en el último número de la "Revista de Estabilidad Financiera. Otoño 2019" del Banco de España, la subgobernadora ha analizado las estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar los riesgos y que también afectan al sector financiero.
Aunque Delgado Tejero ha precisado que "los créditos concedidos a las actividades afectadas por la transición energética han tenido una tasa de morosidad inferior a la del resto de las actividades productivas" desde que estalló la "crisis global" hace más de una década, esto podría cambiar.
Según la subgobernadora, esas diferencias en la mora pueden deberse a diferentes motivos, como el tamaño de las empresas y las "potenciales consecuencias que ello implica (diversificación de fuentes de ingresos, mayor rentabilidad)", además de que las ramas productivas más contaminantes "no asumen una parte de los costes en que incurren, en concreto los relativos a la contaminación atmosférica, que recaen en el conjunto de la sociedad".
Ha indicado que esos riesgos vienen de "las políticas implementadas para reducir las emisiones, de innovaciones tecnológicas que abaraten significativamente la producción de energía con fuentes renovables no contaminantes o de cambios en las preferencias de los consumidores a favor de productos verdes'".
Por ello, ha resaltado que la menor morosidad "podría ser consecuencia de factores específicos que podrían desaparecer en un escenario de transición energética, cuando se internalicen en su totalidad los costes que genera la contaminación y exista un entorno más competitivo".
También ha dicho que se van a producir cambios productivos desde ramas y empresas con actividades más contaminantes a menos contaminantes, lo que "va a tener implicaciones en el riesgo de crédito de las carteras crediticias de las entidades financieras".
Debido a que "la transición energética" busca incluir los costes de la contaminación para que los asuma quien los genera, esto podría influir en una reducción significativa de "la concentración de la actividad" y en la mengua del tamaño de las empresas, con lo que incidiría en el riesgo de crédito asociado, "posibilidad que las entidades financieras y los supervisores deben tener en cuenta", lo que obligaría a "incorporar cambios regulatorios".
Las nuevas normas llegarían por el potencial deterioro de las carteras de crédito más afectadas por los riesgos de la transición energética.
La subgobernadora también se ha lamentado de la falta de información de los hogares, sobre todo en cuanto a la eficiencia energética de las viviendas y de varios factores que se consideran para la asignación del coste social de la contaminación, hasta ahora no considerados.
El economista Jaime Terceiro Lombra, en el artículo de la misma publicación "Transición energética y sistema financiero", ha abordado el dilema que provoca el cambio climático y los riesgos y oportunidades que se le presentan al sistema financiero frente a la transición energética, así como los problemas que puede generar a la estabilidad financiera el retraso en tomar decisiones.
Sobre esto ha precisado que se ha avanzado poco y que no se han abordado con determinación y rigor las implicaciones que tiene en el sistema financiero el retraso en tomar decisiones por la transición energética, por lo que "no parece razonable esperar que el sistema financiero desempeñe un papel significativo en la canalización de los considerables recursos económicos necesarios para la financiación de una nueva infraestructura energética".