El tratado entre México, EE.UU. y Canadá llega a su anhelada recta final
Eduard Ribas Admetlla
México, 10 dic (EFECOM).- El nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido como T-MEC, entró este martes a la esperada recta final para su entrada en vigor después de que los tres gobiernos firmaran en la capital mexicana el texto que incluye modificaciones exigidas por el Partido Demócrata estadounidense.
El documento modifica en parte el acuerdo firmado el 30 de noviembre de 2018 entre los mandatarios de México, Enrique Peña Nieto, de Estados Unidos, Donald Trump, y de Canadá, Justin Trudeau, que sustituía el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994.
Con las incorporación de los últimos cambios se puso fin a más de dos años de negociaciones y se allanó el camino para que los congresos de los tres países ratifiquen en los próximos días el T-MEC, que podría entrar en vigor durante el primer semestre de 2020.
EL AVAL DEMÓCRATA
La firma este martes de la nueva versión del T-MEC no habría sido posible sin el aval del Partido Demócrata, que durante los últimos meses había mantenido bloqueado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos el proceso de ratificación del tratado por reticencias en asuntos laborales y medioambientales.
La presidenta de la cámara, la demócrata Nancy Pelosi, anunció horas antes de la firma haber alcanzado un acuerdo con la Casa Blanca para una nueva versión del tratado comercial T-MEC que supone "una victoria para los trabajadores" de su país.
"El acuerdo que presentamos hoy es infinitamente mejor que lo que la Administración propuso en primer lugar. Es una victoria para los trabajadores estadounidenses", subrayó Pelosi en una comparecencia en el Congreso.
Con esto, se abrió la puerta a que la Cámara Baja vote la próxima semana el acuerdo para que sea aprobado antes del 20 de diciembre, cuando la actividad legislativa entra en receso por las fiestas navideñas.
LA FIRMA EN MÉXICO
En un evento solemne y algo apresurado, representantes de los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá viajaron a Ciudad de México para sellar el nuevo acuerdo en el Palacio Nacional, la sede presidencial.
El evento estuvo atestiguado por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mientras que plasmaron su firma el subsecretario mexicano para América del Norte y jefe negociador del tratado, Jesús Seade, el representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y la vice primera ministra de Canadá, Chrystia Freeland.
López Obrador, quien retomó la negociación del T-MEC al suceder a Peña Nieto el 1 de diciembre de 2018, celebró en su turno de palabra el consenso logrado finalmente para cerrar un acuerdo "grandes dimensiones" que detonará la economía en Norteamérica.
"Estamos hablando de un acuerdo económico, comercial, de grandes dimensiones. Es un acuerdo que nos ayuda a impulsar el crecimiento económico de nuestras naciones", dijo López Obrador, quien aseguró que "cuando hay inversión, hay crecimiento" y ello lleva al bienestar y, en última instancia, a la "paz y la tranquilidad".
Por su parte, Lighthizer agradeció al Gobierno de México haber mantenido una negociación iniciada por la administración mexicana anterior y dijo que "el resultado es el mejor acuerdo comercial de la historia".
Mientras que Freeland expresó que el T-MEC es "de importancia crítica para nuestros países" y aseguró que es un tratado comercial "actualizado, mejorado y modernizado para el siglo XXI".
En la ceremonia estuvo también el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el asesor de la Casa Blanca y yerno de Donald Trump Jared Kushner, así como ministros, legisladores y empresarios mexicanos.
LAS INCORPORACIONES
Entre otras cuestiones, el nuevo pacto requiere que el 75 % de los componentes de automóvil se fabriquen en Estados Unidos, Canadá y México para evitar aranceles, y que el 40 % de las piezas sean hechas por trabajadores que ganen al menos 16 dólares la hora para 2023.
El subsecretario Seade, negociador mexicano del T-MEC, explicó durante el evento que el texto crea tribunales formados por jueces de los diferentes países para resolver controversias, en lugar del envío de inspectores estadounidenses a territorio mexicano, algo que se había especulado.
Mientras que Ricardo Monreal, líder de la mayoría en el Senado mexicano, cámara que debe ratificar el tratado, dijo que se dotará al Banco de Desarrollo de América del Norte de recursos para la construcción de infraestructuras respetuosas con el medioambiente.
Para el aval demócrata fue vital la aprobación de una reforma laboral en México que estableciera las bases de la democracia sindical y de tribunales laborales independientes para resolver conflictos empresariales.
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