Pekín, 13 dic (EFECOM).- China mantendrá políticas fiscales proactivas y una política monetaria prudente en 2020 al tiempo que preparará "planes de contingencia" para hacer frente a las "turbulencias" económicas, según las conclusiones de una reunión anual de planificación económica que finalizó este jueves en Pekín.
Según la agencia oficial de noticias Xinhua, que da parte del encuentro, al que asisten cada año el presidente del país, Xi Jinping, y destacados miembros del Partido Comunista (PCCh) para analizar la coyuntura económica, el país asiático está afrontando "presiones económicas a la baja" y tendrá como "máxima prioridad" mantener la estabilidad de sus políticas en 2020.
"Pese a la complicada situación que supusieron los crecientes riesgos y desafíos tanto en el país como en el exterior en este año, China ha mantenido un desarrollo económico y social sostenido y saludable en 2019", de acuerdo con la declaración emitida al término de la llamada Conferencia Central de Trabajo Económico.
No obstante, la declaración admite que China se encuentra en una "etapa crucial de la transformación de su modelo de crecimiento, de la mejora de su estructura económica, y del fomento de nuevos motores de desarrollo", y que se enfrenta a una "creciente presión económica a la baja" en un contexto de "problemas estructurales, institucionales y cíclicos interrelacionados".
Por ello, el país debe estar "bien preparado con planes de contingencia" para poder mantener su crecimiento, sin ofrecer más detalles al respecto.
Al igual que el año anterior, los mandatarios apuestan por una "política fiscal más efectiva" y por "políticas monetarias flexibles" que atajen problemas estructurales, como la financiación de las pymes.
También aseguran que apostarán por una apertura "a mayor escala y a un nivel más profundo", para lo cual "se facilitará aún más la inversión extranjera" reduciendo los sectores a los que está limitada, y que se llevarán a cabo "reducciones arancelarias".
China se enfrentará a un 2020 rodeado de incertidumbres: ya en el tercer trimestre de 2019 su producto interior bruto (PIB) redujo su crecimiento al aumentar un 6 % interanual, datos que dejaban entrever la ralentización de su economía.
El crecimiento, la peor cifra trimestral desde marzo de 1992, se ralentizó con respecto al 6,4 % y 6,2 % registrados en el primer y el segundo trimestre del año, constatando un proceso decreciente por los efectos de la guerra comercial con Estados Unidos y otros factores como una menor demanda interna.
Entretanto, delegaciones de China y EEUU continúan negociando un acuerdo parcial para mitigar su conflicto comercial antes de este domingo, fecha en la que está prevista la entrada en vigor de aranceles estadounidenses por valor de 160.000 millones de dólares (143.701 millones de euros).
No en vano, las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales han dañado sus relaciones bilaterales y provocado profundas consecuencias mundiales.
En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión al 3 % este año, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas sobre la posible solución de esta disputa.
Asimismo, el país asiático crecerá un 6,1 % este año, según el FMI, y un 5,8 % el que viene, una y dos décimas menos, respectivamente, que lo previsto en julio, y por debajo del 6,6 % de 2018.