España quiere que la revisión del pacto fiscal europeo tenga en cuenta las inversiones que los países de la Unión Europea tendrán que hacer para la transición ecológica, de forma que la estabilidad presupuestaria no suponga una limitación a estas partidas que van a ser necesarias.
El Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea tiene que revisarse en 2020 y ya ha hay muchas voces en Europa que piden la "regla de oro" que supondría que esas inversiones sostenibles estén excluidas de las normas de control del déficit y de la deuda.
Fuentes del Gobierno español han explicado este viernes en Bruselas, donde los jefes de Estado y de Gobierno siguen reunidos en el Consejo Europeo, su postura favorable a esta regla de oro verde.
Una cumbre en la que anoche los líderes europeos fracasaron, por el bloqueo de Polonia, en su objetivo de lograr el compromiso unánime de alcanzar la neutralidad climática en 2050; es decir, que la UE emita solo el CO2 que sea capaz de absorber en su territorio.
El veto de Varsovia no hizo posible el acuerdo tras una negociación de nueve horas celebrada un día después de que la nueva presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, desvelara las líneas maestras de su Pacto Verde Europeo, que fija el objetivo de descarbonizar la economía europea a mitad de siglo.
El Gobierno español cree no obstante que todos los miembros de la UE, incluida Polonia, comparten el objetivo de 2050, aunque el citado país ha admitido que tiene "en estos momentos" dificultades para poner en marcha las medidas que lo hagan posible.
Por eso el debate se ha aparcado hasta junio. España asegura que este aplazamiento no tiene una vinculación directa con los presupuestos europeos que se tienen que aprobar en febrero, aunque admite que la transición ecológica va a estar muy presente en el marco plurianual porque habrá que decidir cuánto dinero se dedica a ese fin.
Insisten en Moncloa en que España peleará para que no todo el dinero dedicado a la transición ecológica se destine a los países que más reticencias ponen o más dificultades tienen para este proceso.
También piden que haya ayudas a quienes como España están ya haciendo los deberes en esta materia.
En cualquier caso, el hecho de que ayer no hubiera unanimidad para el compromiso de neutralidad carbónica en 2050 no supone para el Gobierno de Pedro Sánchez un fracaso de los Veintiocho.