Madrid, 22 dic (EFECOM).- El presidente de Exceltur y consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, se ha mostrado seguro de que en un período de entre seis y nueve meses "ya nadie hablará de Thomas Cook y el efecto generado por su quiebra".
Es verdad que habrá menos conectividad de cara a este invierno, temporada alta en Canarias, en islas como Fuerteventura o Lanzarote, donde el hueco de Thomas Cook ha dejado un vacío importante, pero no se está notando tanto en Gran Canaria o Tenerife, ha explicado en una entrevista con Efe.
Según Escarrer, aún se echan de menos alrededor de 800.000 plazas aéreas en Canarias, pero en pocos meses se van a adjudicar a otros jugadores del sector y el destino se recuperará, ha agregado.
En su opinión, desde el Gobierno se ha hecho "bastante en tiempo récord" para paliar el impacto de la crisis de Thomas Cook, pero "la mayor ayuda, y es donde ha habido cierta fricción, hubiese sido una bajada de las tasas aéreas a Canarias por parte de Aena, al menos de forma puntual durante seis o nueve meses".
"No me atrevo a decir que hoy se hubieran recuperado las 800.000 plazas ni mucho menos, pero estoy convencido de que se hubiese ayudado a mitigar los efectos de esta quiebra de cara a la temporada de invierno", período en el que Canarias compite con otros destinos, sobre todo Egipto.
El sector ha echado en falta una mayor proactividad por parte de Aena, ya que, según Escarrer, una pequeña bajada de las tasas aéreas hubiese tenido un efecto mínimo para el gestor aeroportuario, teniendo en cuenta el crecimiento del número de aviones y pasajeros que habría generado.
En cuanto al temor del sector hotelero de que la compra de Air Europa por parte de Iberia pueda llevar a una subida del precio y reducción de conectividad con las islas, Escarrer ha señalado que la economía de escala que dará esta operación a ambas aerolíneas, redundará en beneficios para todos.
Aunque ha reconocido que, a corto plazo, la conectividad con las islas puede sufrir, ha subrayado que no le preocupa porque, "en medio-largo plazo, otros agentes van a tomar esos 'slots' (permisos de aterrizaje y despegue) y capacidad aérea".