México, 23 dic (EFECOM).- El multimillonario mexicano Carlos Slim instó este lunes, en la inauguración de una gran obra de drenaje, al Gobierno mexicano a cumplir con "el reto" de invertir el equivalente al 5 % del producto interno bruto (PIB) del país en infraestructuras.
"Este proyecto que se ha ido haciendo y que el presidente echó a andar hace unas semanas sobre infraestructuras, es poco mas del 2 % que hay que invertir cada año. En los próximos años el reto es invertir el 5 % del PIB, que es igual a 70.000 millones de dólares. Necesitamos hacer todo ese trabajo cada año", sentenció el empresario.
El pasado 26 de noviembre el Gobierno mexicano y el sector empresarial anunciaron la puesta en marcha de un nuevo Plan Nacional de Infraestructura de México desarrollado con la iniciativa privada y con 1.600 proyectos.
En anteriores ocasiones, Slim ya había insistido en la voluntad de los empresarios de que se destine cada año esta cantidad a infraestructura.
Asimismo, Slim aseguró durante la inauguración que "la ingeniería y arquitectura mexicana están preparadas para hacer estos trabajos. Ya hay muchos proyectos y también hay recursos financieros".
Para él, el plan de infraestructuras puede significar "la palanca del crecimiento económico que tanto ha necesitado México".
López Obrador destacó el gran beneficio que significará el Túnel Emisor Oriente para la Ciudad de México, que "va a ayudar mucho para el desagüe de la ciudad".
La instalación, que dará servicio a más de 20 millones de personas de Ciudad de México y alrededores, tiene 62,4 kilómetros de longitud, desde la alcaldía de Gustavo A. Madero de la capital mexicana hasta el municipio de El Salto, en estado de Hidalgo, y 150 metros de profundidad en su pozo más profundo.
La principal función de este túnel, que ha costado 33.800 millones de pesos (unos 1.782 millones de dólares), es evitar los recurrentes problemas de encharcado e inundaciones de la zona y conducir las aguas residuales.
La construcción ha finalizado siete años después de lo previsto, pues debía haberse acabado a finales del 2011, un retraso que se ha traducido en un sobrecoste de unos 20.000 millones de pesos (unos 1.024 millones de dólares).