“Ya no vale obtener beneficios a cualquier precio, todos debemos dar ejemplo de sostenibilidad y concienciación ambiental”, asevera Carlos Comín, director de Calidad y Medioambiente de Clece. Una conclusión que muestra cómo las empresas son cada vez más conscientes de su responsabilidad en la lucha contra el cambio climático.
Clece, filial de ACS, como empresa social siempre ha demostrado su compromiso con el entorno que nos rodea, en el que se incluye el medioambiente. En un tiempo en el que la sostenibilidad se encuentra entre las prioridades de cualquier compañía, Clece se ha planteado “reducir su impacto medioambiental en lo referente a consumo de electricidad, energía de fuentes contaminantes, residuos peligrosos y productos químicos”, resume Comín.
Para ello, ya se han empezado a desarrollar una serie de iniciativas que permitirán reducir la huella de carbono derivada de la actividad del grupo y mejorar la eficiencia energética de sus instalaciones. De cara al exterior también se están llevando a cabo diversas campañas para la concienciación de la población en materia de sostenibilidad.
Transición hacia las energías renovables
Uno de los primeros puntos de la estrategia de sostenibildad de Clece para los próximos años es la firme apuesta por las energías renovables. Ésta se ha materializado en acciones como la inserción de “varias plantas fotovoltaicas en las cubiertas de nuestros edificios y la inversión en energía solar y térmica”, cuenta José Antonio De Lama, director de Servicios Energéticos de Clece.
En cuanto a la electricidad, “se ha procedido a la compra de energía con garantías de origen 100% renovable” y también se han sustituido las calderas de gasóleo por otras de biomasa, con lo que “el 80% de la energía que consumen nuestros edificios es de fuentes renovables”, explica De Lama.
Los edificios representan un amplio porcentaje del consumo de energía del grupo, por lo que desde la compañía se busca ahorrar energía y mejorar la eficiencia energética de las instalaciones. En los centros de prestación (como las residencias de mayores), sedes y oficinas de Clece, las inversiones para la modernización de los sistemas se han centrado “en el uso de tecnología LED, instalación de válvulas termostáticas y la sustitución de equipos de producción de frío o calor”, según el director de Servicios Energéticos. Unas actualizaciones que han permitido generar un ahorro de 2Gwh anuales.
Queda patente que las nuevas tecnologías son de gran ayuda para lograr una actividad empresarial más sostenible, por lo que en Clece también se encuentran desarrollando sistemas de inteligencia artificial y big data para la digitalización de los procesos y ser más eficientes: “Nuestro objetivo es poder controlar de forma automática un total de 1.000 puntos de suministro que nos arrojan más de 8 millones de datos anuales en materia de consumo energético”, afirma De Lama.
Los coches, en el punto de mira
Sin embargo, según señala el director de medioambiente de Clece, aún es tarea pendiente la reducción del impacto ambiental de su flota de vehículos, que constituye uno de los principales consumidores de energía de la compañía. “La empresa ha tomado la decisión este año de sustituir progresivamente los vehículos turismo y las furgonetas pequeñas por vehículos con la etiqueta ECO”, es decir, eléctricos, híbridos e impulsados por GLP y GNC (gas natural). Esta flota ecológica cuenta, en estos momentos, con 209 nuevos vehículos en Clece, lo que ha permitido a Clece obtener recientemente el distintivo de Flota Ecológica otorgado por la Asociación Española de Gestores de Flota junto con el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).
Una dieta saludable y sostenible
Las actividades de Clece abarcan también los sectores sociosanitario, educativo y hotelero, en los cuales gestiona cocinas, comedores o cafeterías. En estos espacios, bajo el lema Una alimentación segura, saludable y sostenible se está impulsando una dieta mediterránea con el objetivo de “abordar las crecientes preocupaciones medioambientales y de salud relacionadas con la producción y el consumo de alimentos en todos nuestros centros”, relata Helena Izquierdo como responsable de Seguridad Alimentaria y Nutrición de Clece.
Para lograrlo, en Clece buscan proveedores locales para cada uno de sus centros, apostando por la economía local y los productos de proximidad. Por otro lado, también se trabaja por reducir los envases de plástico en cocinas y cafeterías y evitar el desperdicio alimentario en los centros.
La adopción de este nuevo modelo, explican desde Clece, “implicaría una reducción del 72% de la emisión de gases de efecto invernadero, una disminución del 58% de la tierra de uso agrícola y un ahorro del 33% del agua que se consume”.
Más ecológicos y menos químicos
La empresa también está haciendo un esfuerzo importante en reducir los consumos de productos químicos de limpieza, sustituyéndolos progresivamente por productos ecológicos no contaminantes, llegando en 2018 a sustituir más de 860.000 litros de productos químicos por productos ECO.
Concienciación más allá de la empresa
El desarrollo de las nuevas políticas pretende generar, a nivel interno, una cultura empresarial en la que la sostenibilidad sea prioritaria, pero como empresa, también busca tener un impacto positivo en la sociedad. Por esta razón Clece impulsa cada año numerosas acciones de concienciación.
Cada 5 de junio (Día Mundial del Medioambiente “hacemos campañas de sensibilización en nuestras oficinas y con algunos clientes. Este año, por ejemplo, han estado enfocadas en la lucha contra el uso abusivo de plásticos”, cuenta Comín. En general, en los últimos años este tipo de campañas se han centrado “en la lucha contra los plásticos, la reducción de residuos y la reducción del consumo”, pues la compañía ya ha interiorizado la sostenibilidad como parte de su estrategia empresarial: “En nuestra mano está la posibilidad de sembrar en cada uno de nuestros más de 75.000 trabajadores y más de un millón de usuarios de nuestros servicios una semilla de concienciación ambiental”.