Madrid, 26 dic (EFECOM).- Los precios del petróleo y el oro seguirán pendientes en 2020, igual que el resto de los mercados financieros y de materias primas, de los dos grandes factores de incertidumbre que han dominado la escena en 2019: las tensiones comerciales y la desaceleración de la economía mundial.
En el caso del petróleo, la revisión de la perspectiva de demanda ha estado muy influida por otros factores geopolíticos, como el peso creciente en el mercado mundial de la producción estadounidense de esquisto, que hace que las decisiones de la OPEP pierdan fuerza.
Mientras, el oro seguirá actuando, como ya hizo en 2019, como valor refugio en una coyuntura con elevada volatilidad que mantendrá a los inversores cautelosos, especialmente en renta fija, por los bajos tipos de interés.
En el mercado del petróleo, que se ha movido este año entre los 55 dólares de arranque del ejercicio y los 66 de cierre, con picos de hasta 71 dólares, habrá que ver el efecto de la decisión del pasado 6 de diciembre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de recortar la oferta en medio millón de barriles diarios.
El año ha sido movido en el mercado del crudo, con Estados Unidos cada vez más fuerte en sus posiciones por las elevadas producciones de esquisto, fuera del ámbito de la OPEP, que tampoco controla la producción de este gas en Brasil, Canadá y Noruega y que por tanto pierde influencia.
No obstante, lo que más ha impactado en el mercado ha sido la amenaza de guerra comercial y la desaceleración generalizada de la actividad económica, porque ambos factores suponen menor demanda de crudo.
Además, la desaceleración de un gigante como China, como consecuencia en parte de las tensiones comerciales, ha incidido directamente en el precio del crudo, puesto que se trata del principal consumidor de materias primas del mundo.
El ataque con drones a la refinaría saudí de Aramco el pasado octubre hizo temblar a los mercados, con un rebote inmediato del precio del 20 % en el barril del Brent, el crudo de referencia en Europa, hasta superar los 71 dólares, porque los inversores consideraron que una instalación de ese calibre era demasiado vulnerable.
No obstante, Arabia respondió al mercado con una recuperación de la planta mucho más rápida de los calculado y el precio se movió a la baja en pocas sesiones.
Para 2020, la analista de Afi Nereida González ha explicado a Efe que prevén una aceleración leve de la actividad, con un rango de precios que se moverá entre los 65 y los 70 dólares. "No habrá muchas sorpresas".
El oro, valor refugio por excelencia, tocó en verano de 2019 los 1.500 dólares por onza, un precio no visto desde 2013, debido a la mayor incertidumbre respecto a años anteriores, dijo a Efe el analista de XTB Joaquín Robles, que añade que en 2020 calculan que se moverá entre los 1.450 y los 1.550 dólares.
Además, Robles ha recordado que, como las materias primas cotizan en dólares, la fuerte apreciación que ha tenido esta divisa durante el año también les ha pasado factura, ya que las ha hecho "comparativamente más caras".
UBS, por su parte, prevé que el mineral siga ofreciendo mejores rentabilidades por la continuidad de riesgos, aunque a un ritmo más lento que en 2019.
Esta casa suiza de servicios financieros afirma que cuanta más incertidumbre haya, más subirá el oro, aunque a renglón seguido explican que los activos de calidad que se usan como seguro contra riesgos "no son gratuitos", porque si las tensiones geopolíticas remiten o la economía se recupera más rápido de lo esperado, la rentabilidad puede bajar.