El índice de precios al consumo (IPC), principal indicador de la inflación en China, aumentó un 2,9 % en 2019, según datos publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Así pues, pese a que esta cifra sigue ligeramente por debajo del objetivo del Gobierno -fijado en torno al 3 %- el año pasado fue más inflacionista que 2018, cuando la inflación avanzó un 2,1 %.
Siguiendo la tónica habitual de los últimos meses, los principales protagonistas de este aumento de precios fueron los alimentos, que se encarecieron un 7 % a lo largo del año, y en concreto la carne de cerdo, una de las favoritas en China, que subió un 42,5 % debido a que una epidemia de peste porcina africana ha diezmado la población de gorrinos.
Esta subida de precios y la caída de la producción debido a la enfermedad también encarecieron mucho otras carnes con las que los chinos trataron de sustituir a los productos porcinos, como la ternera (+12,1 %) o el cordero (+11,9 %).
Los datos referentes al mes de diciembre muestran que el IPC se mantuvo en máximos desde 2011 al elevarse un 4,5 % -misma cifra que en noviembre- debido, como era de esperar, a los precios de los alimentos (+12,9 % interanual).
En diciembre, la carne de cerdo fue casi el doble de cara (+97 %) que en el mismo mes del año anterior.
No obstante, en este último mes del año la fruta fresca experimentó un descenso de precios del 8 %, lo que parece haber solventado los problemas de cosecha -debidos a las "condiciones climatológicas extremas", según el Gobierno- que provocaron que su precio aumentase un 12,3 % en el global anual.
La ONE también hizo público el dato del índice de precios a la producción (IPP), que descendió un 0,3 % interanual en el conjunto de 2019, regresando a la senda deflacionista que ya transitó durante cinco años hasta 2017.
Buena parte de los sectores industriales medidos por la ONE registraron una reducción de precios en el año, con algunas excepciones destacadas como la minería y el acabado de metales ferruginosos.