Los contratos de vivienda vitalicios, una suerte de alquiler de por vida, serán una realidad en Portugal desde mañana viernes, cuando entra en vigor el decreto-ley aprobado por el Gobierno luso hace casi un año.
El decreto-ley, que reconoce el denominado Derecho Real de Vivienda Duradera, fue publicado este jueves en el Diario de la República y tendrá efecto desde mañana viernes.
La norma reconoce el derecho a residir de forma vitalicia en una vivienda ajena a través de la firma de un contrato entre el propietario y el inquilino, con el pago de un depósito inicial de entre el 10 % y el 20 % del valor de la casa, así como de una prestación mensual.
Esta prestación será actualizada según la inflación y el inquilino es la única de las dos partes que tiene capacidad de romper el contrato.
En ese caso, podrá recuperar total o parcialmente el depósito inicial en función del tiempo que haya pasado desde que se firmó el contrato.
Si el inquilino no lo rompe antes, el contrato cesará en el momento de su muerte, sin que haya transmisión a sus descendientes.
El régimen, que "ni es un alquiler ni se trata de tener propiedad sobre la propia casa", según matizó el Gobierno socialista cuando fue aprobado, busca crear una solución estable para las familias y ofrecer a los propietarios un aumento del capital disponible sin necesidad de desprenderse de sus inmuebles.
El decreto-ley fue aprobado por el Ejecutivo en febrero de 2019 y promulgado por el presidente luso, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, el pasado 3 de enero, cuando le dio luz verde a pesar de sus "dudas" sobre el éxito de la medida.