Miguel Ángel Mondelo
Madrid, 10 ene (EFECOM).- José Luis Ábalos tendrá de nuevo sobre sus espaldas dos responsabilidades de peso: la Secretaría de Organización del PSOE, en un momento especialmente exigente, y un ministerio siempre complejo como Fomento, que pasa ahora a llamarse Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, cuyas competencias abarcan desde las infraestructuras hasta el sector del taxi.
Este departamento ministerial exige un perfil claramente político, ya que su titular debe buscar el acuerdo con las autoridades autonómicas, y el sector -empresas constructoras y de transporte- suele agradecer que el ministro sea un peso pesado y tenga acceso directo al presidente del Gobierno.
Durante su primer mandato al frente del anterior Ministerio de Fomento, Ábalos ha tenido que lidiar con la subida de los precios de los alquileres, tema que será clave también en esta legislatura, y con el conflicto entre los taxistas y los VTC; y ha avanzado en el proceso de liberalización del sector ferroviario.
En el ámbito de la vivienda, ha impulsado un paquete de medidas urgentes para dar más protección a los inquilinos, que incluye la futura elaboración de un índice de referencia de los precios de alquiler.
En cuanto al sector del transporte, Adif, el gestor de infraestructuras ferroviarias, ha preseleccionado al operador francés SNCF y al italiano Trenitalia -en alianza con la española Ilsa- para competir con Renfe en las líneas de alta velocidad a partir de diciembre.
En esta nueva legislatura, Ábalos deberá definir el modelo de financiación de las carreteras, en especial de las vías de gran capacidad, y fijar la cantidad que se abonará a los acreedores de las autopistas quebradas que fueron rescatadas por el Estado.
José Luis Ábalos llegó al Gobierno en junio de 2018, tras la moción de censura del PSOE, como persona de confianza de Pedro Sánchez y después de una larga carrera política.
El titular de Fomento, que había militado en el Partido Comunista, entró en el PSPV-PSOE en 1981.
Fue jefe de la Secretaría del Delegado de Gobierno en la Comunidad Valenciana (1983-1988), jefe de gabinete de la Consejería de Trabajo de la Generalitat (1988-1991) y asesor del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia (1992-1999).
En las municipales de junio de 1999, fue elegido concejal del Ayuntamiento de Valencia, cargo que revalidó en 2003 y 2007.
En las generales de marzo de 2008, concurrió al Congreso por Valencia, pero no obtuvo escaño. No obstante, entró en la Cámara Baja en abril de 2009 para ocupar la vacante dejada por Inmaculada Rodríguez-Piñero.
En septiembre de 2016, cuando dimitieron 17 miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE críticos con la gestión de Pedro Sánchez, Abalos se alineó con el secretario general, que días después acabó dimitiendo.
En el Comité Federal del PSOE del 23 de octubre se posicionó con el grupo que promovía el "no" a Mariano Rajoy, pero en el Congreso de los Diputados se abstuvo en la investidura del entonces líder popular, como la mayor parte de los diputados socialistas.
En noviembre de 2016, en un encuentro con militantes en Xirivella (Valencia), firmó el manifiesto a favor de Sánchez para las primarias y durante la campaña fue uno de los integrantes de su "núcleo duro", en el que fue coordinador y portavoz de su candidatura, junto con Adriana Lastra.
Tras la victoria de Sánchez en las primarias del 21 de mayo de 2017, el secretario general lo nombró portavoz en el Congreso.