Lisboa, 22 ene (EFECOM).- El futuro aeropuerto de Montijo, que complementará al actual -y saturado- de Lisboa, ha sido respaldado por las autoridades ambientales del país en un último y decisivo trámite y será por tanto una realidad, pese a las protestas de organizaciones ambientalistas.
La luz verde definitiva procede de la Agencia Portuguesa de Ambiente (APA), que ha emitido una Declaración de Impacto Favorable para que la base aérea de Montijo, situada a unos 30 kilómetros de la capital lusa, se convierta en un aeródromo civil.
El documento ratifica un parecer que la propia APA emitió el pasado octubre, en el que ya se avanzaba que el proyecto se haría realidad, pero con la condición de que se invirtiesen 48 millones de euros en medidas de compensación medioambiental.
Preocupaban entonces tres aspectos: las aves y su hábitat, el ruido y la movilidad, cuestiones que las organizaciones ambientalistas esgrimían para oponerse al nuevo aeropuerto, amén de la contaminación que agregaría a Lisboa.
En su declaración definitiva, la APA mantiene esta exigencia de invertir 48 millones de euros, que servirán sobre todo para mitigar los impactos sobre el hábitat de las aves, por ejemplo a través de un plan para adquirir más de 1.400 hectáreas de salinas cercanas y convertirlas en refugio para estos animales.
También prohíbe el tráfico aéreo entre la medianoche y las 6.00 en aras de reducir el ruido, una de las principales preocupaciones de quienes residen en la zona.
La aprobación definitiva al aeropuerto de Montijo no ha sorprendido al Gobierno, que se ha congratulado en un comunicado, ni a las organizaciones ambientalistas contrarias, que han anunciado que recurrirán "a los tribunales y a la Comisión Europea para trabar el proyecto".
Hasta ocho asociaciones ambientalistas emprenderán este camino para defender su postura, que se fundamenta, según han explicado este miércoles en un comunicado, en que los estudios ambientales realizados hasta ahora "tienen insuficiencias graves", entre otras cuestiones.