El presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU. en España (AmCham Spain), Jaime Malet, cree que no hay alarma entre los inversores extranjeros por la formación de un Gobierno de izquierdas, y que estos se fijan sobre todo en las fortalezas de España.
Malet participó el miércoles pasado en la reunión que mantuvo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con destacados inversores, bancos y empresas consultoras internacionales con motivo de su participación en el Foro Económico Mundial de Davos.
"Veo que los inversores internacionales se están fijando mucho en las fortalezas del país", declaró Malet a Efe, preguntado por sus impresiones acerca de esa reunión.
"A mi me ha parecido también sorprendente esa coalición tan extraña de dos partidos, uno que viene de un mundo antisistema como es Podemos, pero las preguntas (a Sánchez) no fueron ni mucho menos de alarma, sino más bien 'cómo lo vas a gestionar'".
"Y las respuestas -añadió Malet- fueron relativamente aceptables, con lo cual todo el mundo se quedó contento".
Malet, que ha participado en años anteriores en otras reuniones con el presidente en el extranjero, asegura que fuera "hay un cierto sentimiento de no tener tan en cuenta nuestros problemas internos".
Se sabe que España es una democracia consolidada, que tiene "unos problemas graves desde el punto de vista de la gobernanza, también desde el punto de vista económico" -un alto desempleo, una pirámide de población "complicada" y mucha deuda-, "pero al mismo tiempo tiene unas fortalezas extraordinarias".
"Veo que los inversores internacionales se están fijando mucho en las fortalezas del país", subrayó.
En opinión de este empresario y abogado barcelonés, "el papel más importante que tiene que realizar un presidente del Gobierno fuera de su país es vender el país a los inversores".
"Todo tipo de labores de marketing con los inversores internacionales, en un país que está encima tan endeudado como España, me parecen extraordinariamente importantes y hay que apoyarlas siempre", recalcó.
Respecto al balance del Foro, en el que ha participado por octava vez, el presidente de AmCham Spain consideró que este año "Davos ha sido medioambiente, medioambiente y medioambiente".
Otro de los grandes debates ha girado en torno al concepto de "capitalismo de 'stakeholders'".
O lo que es lo mismo, explicó, cómo se puede dotar a las decisiones de inversión de unos principios éticos que ayuden en los tres elementos conocidos por el acrónimo inglés ESG (Environmental, Social, Corporate Governance), es decir, respeto del medio ambiente, bienestar de los trabajadores y buen gobierno.
En Davos también se ha pasado revista al estado de la economía global y, a diferencia de los tres últimos años, "nadie ha hablado de que esto se acaba, sino que por el contrario ha habido un optimismo", opina Malet.
"Estamos en un momento en el que se pueden arreglar los temas y se está alejando el riesgo que teníamos, de una forma ilusoria porque al final no ha pasado nada, de una recesión".
A su juicio, "se están articulando las soluciones, quizás de una forma muy inicial, a los grandes retos que hay. Por ejemplo, prácticamente nadie ha hablado del 'brexit', mientras que el año pasado el 'brexit' era un elemento fundamental".
"Hoy estamos a pocos días de que el primer país abandone un club tan importante y tan robusto como la Unión Europea y nadie se alarma, no ha habido voces disonantes, está en la agenda pero casi ha pasado desapercibido", afirma Malet.
Por último, "se está consolidando la idea de que la globalización, por supuesto va a seguir, pero sin el apoyo de los gobiernos. Es un cambio de paradigma".
"La elite global que se reúne en Davos siempre ha estado hablando de favorecer la globalización", pero "por primera vez se pone de manifiesto que cada país tiene su agenda, cada región la suya, y que la globalización va a seguir, pero no como lo ha hecho hasta ahora, con el apoyo tan importante de las elites y de los gobiernos del mundo".