Vivimos una época en la que muchas empresas han publicitado sin ambages su apuesta por el big data y la inteligencia artificial en el desarrollo de sus actividades. Sin embargo, y aunque la tendencia hacia el uso de estas herramientas analíticas es el camino a seguir en el futuro, no todas aprovechan el potencial de esta filosofía desde un punto de vista cualitativo.
Que los datos importan, y mucho, es algo en lo que todos estamos de acuerdo. Hace tiempo que las empresas aprendieron el valor de disponer de información objetiva, clasificable y en tiempo real, si es posible, de sus clientes o de aquel ámbito que les pudiera interesar. Todo -o casi- es medible y todo -sin el casi- es aprovechable. Eso, al menos, es lo que señala el Informe Minsait sobre Madurez Digital en España 2019.
El documento se ha centrado en la implantación del dato y la analítica en las empresas del sector energético, y de él se desprenden conclusiones que retratan el estado actual de las empresas en relación con este entorno, el cómo están implementadas estas herramientas y en cómo influyen -o no- en su funcionamiento.
Un largo camino por delante
A grandes rasgos, lo que queda claro es que aún queda camino por recorrer. Apenas el 19% de las compañías españolas de energía han declarado tener "un enfoque basado en aplicar la analítica más allá de la excelencia operativa". Tal cosa puede resultar problemática no solo por la tendencia apuntada sino porque, en torno a ella, se generan nuevos modelos de negocio, nuevas oportunidades y, en general, una concepción muy diferente a la actitud tradicional de las grandes compañías.
Esto es un hecho que también esboza el documento puesto que, a día de hoy, el 60% de compañías energéticas no tiene del todo claro cómo aplicar esta filosofía en su día a día. Y eso aunque el 40% sí cuenta con mecanismos para recopilar datos en tiempo real. Qué hacer con ellos, cómo utilizarlos y convertirlos en valor añadido será el reto en un futuro a medio plazo para la mayoría de ellas.
Igualmente, y aunque estas conclusiones aluden inevitablemente a aspectos tecnológicos, otro de los obstáculos que se encuentran actualmente las empresas es la carencia de los recursos humanos más adecuados para manejar estos flujos de información. En este sentido se precisarán perfiles que sepan aprovechar y sacar partido de los datos, algo que actualmente solo ocurre en el 17% de compañías.
Frente a la dificultad de las grandes empresas para virar hacia estos nuevos modelos, el informe pone en buen lugar a las sociedades pequeñas o de nueva creación, muchas de las cuales ya nacen con esta idea en su mismo ADN. El contraste es más evidente a la luz de otros datos. Por ejemplo, el que "solo un 10% de las empresas del sector aspira a pilotar negocios disruptivos basados en el dato".
Lenta transformación en el sector
Como se señala, el enfoque actual parece más encaminado a aprovechar las excelencias del modelo para su aplicación en las dinámicas actuales que en innovar a partir de él. De hecho, el grado de transformación en el sector es lento, como demuestra el que únicamente el 30% de compañías usan datos en sus decisiones estratégicas.
Este énfasis en el grado de implementación del big data y su análisis se debe al hecho ya reseñado de que actualmente, y más en el futuro, parece impensable concebir el esquema de una empresa sin tener en cuenta el potencial de los datos en todos los ámbitos. En relación con ello surgen consecuencias como la generación de oportunidades, la competitividad o la eficiencia como organización. Son aspectos que pueden marcar la diferencia si se asumen en la política interna de una empresa.
Las empresas de energía pueden recopilar datos a partir de varios frentes. El de los clientes es estratégico. Conocer a los consumidores permite optimizar los recursos y una mayor flexibilidad. Sin embargo, el informe desvela que estas ventajas no parecen motivar aún a las compañías, ya que solo el 30% de las mismas enriquece su visión a partir de datos externos. En este sentido, apunta el documento, "el conocimiento 360º del cliente y la gestión multinegocio, multiproducto y la omnicanalidad también son un reto en el que se sigue trabajando".
El documento tampoco traza un panorama muy alentador en cuanto al uso de estas herramientas para analizar la competencia y el entorno, algo que puede ayudar a afinar la percepción de la marca. Y es que solo el 38% monitoriza estos parámetros de forma automatizada y frecuente y, aunque el 65% de empresas manifiestan "la aplicación del dato y la analítica", la realidad es que solo el 23% tienen una política interna sólida que asegure la calidad del mismo, mientras que el porcentaje de las que han desarrollado políticas de control y mejora de sus algoritmos se sitúa en el 17%.
El dato como eje de la actividad empresarial
El Informe Minsait sobre Madurez Digital en España 2019 es importante no solo porque ofrece una fotografía del estado actual del sector en relación a estas herramientas, sino porque también esboza varias líneas que pueden señalar el camino hacia un entorno más eficiente y seguro y en el que, según indica el texto, una empresa conseguirá un mejor posicionamiento ante los retos del futuro donde el dato, su análisis y su aplicación, marcan desde ya el camino a seguir.
Así, una de las recomendaciones de la guía es la rentabilidad de invetir en este campo dado que, al margen de obtener más valor en su actividad, las empresas pueden aumentar su velocidad en la toma de decisiones, generar ventajas competitivas a largo plazo y crear sinergias en torno al dato que permitan el acceso universal a éste y mayor agilidad a la hora de desarrollar nuevos proyectos.
En este contexto, las soluciones de Minsait resultan especialmente útiles para las empresas del sector. Actualmente, esta compañía de Indra es la empresa líder en consultoría de transformación digital y tecnologías de la información en España y Latinoamérica. Su grado de especialización en la materia, la capacidad de integración del entorno digital y su apuesta por la innovación pone en manos de las empresas herramientas que les pueden ayudar a dar ese paso hacia la transformación digital plena. O dicho de otro modo, a caminar hacia el futuro.