Brasilia, 28 ene (EFECOM).- El Ministerio de Economía de Brasil anunció este martes la renuncia del presidente del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), Renato Rodrigues Vieira, en medio de una crisis desencadenada por las largas colas de trabajadores que tratan de jubilarse y siguen a la espera de ser atendidos.
El anuncio fue realizado durante una rueda de prensa por el secretario de Previsión y Trabajo del Ministerio de Economía, Rogerio Marinho, quien adelantó que Vieira será sustituido por el actual secretario de Previsión, Leonardo Rolim.
Según Marinho, Vieira formalizó su renuncia después de una reunión celebrada este martes y tras una "conversación que fue madurada a lo largo de los últimos 15 días".
"El año pasado fue un año bastante intenso, de muchas entregas. Este año es muy desafiante. Él (Vieira) cree que necesita dedicarse a sus proyectos y nosotros aceptamos su dimisión", expresó Marinho en la rueda de prensa.
Agregó que el ministro de Economía, Paulo Guedes, y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ya han sido informados sobre los cambios en el Instituto y que la decisión deberá ser publicada en los próximos días en el Diario Oficial de la Unión.
Sin embargo, preguntado sobre si el cambio en la entidad tenía alguna relación con las inmensas filas de espera por la concesión de beneficios sociales, el secretario enfatizó que la salida de Vieira se produjo por razones particulares.
Asimismo, indicó que la entidad seguirá actuando para que no haya una "discontinuidad" del trabajo iniciado el año pasado, por lo que consideró que Rolim es el nombre ideal para comandar ese organismo.
"Estamos trayendo a alguien que puede intensificar ese proceso de cambio y de mejoría en el INSS", precisó Marinho.
La salida de Vieira, quien ocupó el cargo poco más de un año, se produce en un momento crítico para el INSS, que acumula casi dos millones de peticiones de beneficios sociales, como pensión, jubilación, licencia por enfermedad o seguro de desempleo, que siguen pendientes de ser atendidas.
En un intento de acelerar los análisis de estas solicitudes, el Gobierno brasileño anunció hace dos semanas que convocará a unos 7.000 militares en la reserva para reforzar la atención al público en las agencias del Instituto Nacional de Seguridad Social.
No obstante, Marinho precisó este martes que esas 7.000 plazas igualmente podrán extenderse a funcionarios ya jubilados del propio Instituto, que podrán ser contratados de forma temporal y mediante una medida provisional que deberá ser formulada por el Gobierno los próximos días.
"La idea es que podamos rescatar una parte de esos funcionarios (civiles jubilados) para que ellos nos puedan ayudar en la velocidad de la concesión de los beneficios", subrayó el secretario.
Asimismo, confía en que el plazo legal para la aprobación de los beneficios, que es de 45 días, quedará regularizado en octubre.
El Gobierno calcula que desembolsará entre 13 y 15 millones de reales (entre 3,09 y 3,57 millones de dólares) al mes para pagar el valor adicional que sería incluido en la remuneración de los militares y civiles que se dispongan a ayudar en el INSS.
Mensualmente el organismo recibe unas 988.000 peticiones de diferentes beneficios, que tienen que ser registradas, analizadas por peritos y autorizadas.