Nueva York, 31 ene (EFECOM).- Las dos mayores petroleras de Estados Unidos, Exxon Mobil y Chevron, redujeron notablemente sus beneficios en 2019, un año marcado por la fluctuación en los precios del crudo y la desaceleración económica, que han afectado a los negocios y la demanda de estas grandes productoras.
La número uno, Exxon Mobil, cerró el ejercicio con un 31 % menos de beneficios, hasta los 14.340 millones de dólares, y vio descender su facturación anual un 9 %, hasta 264.938 millones, con notable debilidad en el área de refinados del petróleo en combustibles como la gasolina y el diesel, conocidos como "downstream".
"Nuestras operaciones fueron bien, pero la longitud de suministro a corto plazo del 'downstream' y el negocio químico han impactado los márgenes y resultados financieros", dijo el máximo ejecutivo de la firma, Darren Woods, quien hace un par de años propuso un plan de gasto para mejorar beneficios y producción que no acaba de cuajar.
Los gastos anuales de capital y exploración de Exxon aumentaron un 20 % interanual, situándose en más de 31.000 millones de dólares, y la cifra de producción equivalente de petróleo, de la que se divulgó solo la del cuarto trimestre, se mantuvo "en línea" con la del año pasado, en 4 millones de barriles diarios.
Los resultados de la firma no fueron bien recibidos en Wall Street, que se fijó especialmente en ese último trimestre de 2019, en el que los beneficios descendieron un 5 % respecto al mismo tramo de 2018, situándose en 5.690 millones de dólares, y las ventas trimestrales bajaron un 6,6 %, hasta 67.173 millones.
Exxon destacó una ganancia de 3.700 millones correspondiente a la venta de sus actividades de exploración y producción en Noruega, que fue contrarrestada por gastos de 8.500 millones, en buena parte destinados a "inversiones clave en la cuenca pérmica".
En una conferencia telefónica, Woods dijo que el sector de los combustibles fósiles se enfrenta a "condiciones de mercado extremadamente difíciles" pero insistió en las "ventajas reales" de "invertir en el punto mínimo de este ciclo".
Por su parte, Chevron, la segunda mayor petrolera de EEUU, redujo sus beneficios anuales un fuerte 81 %, hasta 2.845 millones, lo que contrasta con el descenso de tan solo el 9 % en las ventas anuales, hasta 146.516 millones.
Las cifras se entienden mejor al observar las pérdidas de 6.667 millones de dólares del cuarto trimestre del año, en el que la firma cargó 10.400 millones en amortizaciones de proyectos de gas esquisto en la región de Apalachia y de aguas profundas en el Golfo de México, como había anunciado previamente.
La facturación entre octubre y diciembre cedió un 14 % y se situó en 36.350 millones, si bien la producción equivalente al petróleo en ese periodo fue de 3,08 millones de barriles diarios, en la línea del mismo tramo del año anterior, lo que refleja el impacto de las fluctuaciones de los precios.
El presidente y consejero delegado de Chevron, Michael Wirth, se felicitó por superar los tres millones de barriles diarios en el conjunto del año, un hito, y aseguró que su flujo de caja procedente de las operaciones se mantuvo sólido durante 2019.
"Pagamos 9.000 millones en dividendos, recompramos 4.000 millones de acciones, financiamos nuestro programa de capital y capturamos varias oportunidades de inversión inorgánicas, mientras reducíamos la deuda en más de 7.000 millones", desgranó.
Los resultados de ambas firmas tuvieron una reacción negativa en Wall Street, y encabezaban los retrocesos en el grupo del Dow Jones de Industriales durante otra jornada de preocupación por el impacto del coronavirus de Wuhan sobre la economía global.