Marc Arcas

La multinacional estadounidense Alphabet, matriz de Google, decepcionó hoy con unos resultados para el conjunto de 2019 por debajo de lo esperado por los analistas, pero sorprendió a los inversores con datos específicos sobre ingresos en YouTube y Cloud, que durante años se había resistido a publicar.

El gigante de internet obtuvo un beneficio neto de 34.343 millones de dólares en 2019, lo que supone un 11,7 % más con respecto al año anterior, cuando ganó 30.736 millones, a la par que sus ingresos ascendieron a 161.857 millones de dólares, un incremento del 18,3 %.

Por primera vez y en un cambio significativo de la estrategia de comunicación de resultados, Alphabet desglosó los ingresos por segmentos, que incluyeron de forma aislada dos de los productos que más interés generan para el futuro de la compañía: YouTube, que facturó 15.150 millones de dólares, y Google Cloud, que logró ventas por valor de 8.920 millones.

YouTube es visto por los analistas como uno de los servicios que Alphabet puede explotar más financieramente durante los próximos años, ya que cuenta con una base gigantesca de usuarios que pasan largas horas consumiendo vídeos (en muchos casos recomendados por algoritmos que encadenan unos con otros), que interactúan entre ellos como en una red social; además de ser uno de los epicentros del movimiento de los "influenciadores".

Pese a ello, los 15.150 millones de dólares que Google dice haber ingresado en 2019 por publicidad en el portal de vídeos representan únicamente el 11,2 % de los 134.811 millones facturados a los anunciantes por todos sus servicios -especialmente el motor de búsqueda-, lo que invita a pensar que se trata de una área de gran crecimiento potencial.

En cuanto a Cloud, el negocio en la nube constituye para Alphabet el puntal de su estrategia de futuro, una de las áreas de mayor crecimiento (los 8.920 millones de dólares de 2019 suponen un aumento de la facturación interanual del 52,7 %) y un ámbito en el que compite ferozmente contra el dominio de Amazon Web Services (AWS) y Azure de Microsoft.

Durante los pasados doce meses, los inversores de Alphabet se embolsaron 49,59 dólares por título, frente a los 44,22 dólares de hace un año.

Durante este tiempo la compañía de Mountain View (California, EE.UU.) ha aumentado significativamente su deuda a largo plazo, pasando de los 4.012 millones de dólares con los que cerró diciembre de 2018 a los 4.554 millones actuales.

Los de hoy fueron los primeros resultados desde que los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, renunciaron a sus puestos al frente de la compañía en diciembre pasado, Page como consejero delegado de Alphabet, y Brin como presidente.

Page y Brin fundaron la compañía del buscador online en septiembre de 1998 en el garaje de su amiga Susan Wojcicki -quien ahora dirige YouTube- en Menlo Park como un proyecto de investigación de dos estudiantes de doctorado de la Universidad de Stanford.

En pocos años, Google se abriría hueco en el mercado superando a sus entonces competidores AltaVista, Yahoo!, Hotbot y Excite.com, entre otros, y se consolidaría de forma definitiva al sobrevivir al estallido de la burbuja de las puntocom en 2000.

El cargo de Brin en Alphabet, que era fundamentalmente honorífico y de representación, desapareció, mientras que a Page le sustituyó Sundar Pichai, quien entonces ya ejercía como máximo responsable de Google y que trabaja para la compañía desde 2004.

"Nuestras inversiones en inteligencia artificial, computación ambiental y en la nube nos dan una base sólida para el crecimiento continuado y abren nuevas oportunidades en todos los departamentos de Alphabet", indicó Pichai al presentar las cuentas este lunes.