El grupo Cimic, filial de la española ACS en Australia, cerró 2019 con pérdidas de 1.000 millones dólares australianos (672 millones dólares o 607 millones euros), registradas tras su decisión de abandonar sus intereses en Oriente Medio.
La compañía cifró en 1.800 millones dólares australianos (1.208 millones dólares o 1.093 millones euros) el impacto único después de impuestos de su salida de BIC Contracting (BICC), con sede en Dubai, anunciada a finales de año.
"Nuestra decisión de dejar nuestras inversiones en Oriente Medio nos permitirá centrar nuestros recursos y capital en las oportunidades de crecimiento de nuestros principales mercados en Australia, Nueva Zelanda y Asia Pacífico", dijo el presidente ejecutivo de Cimic, Marcelino Fernández Verdes, en un comunicado.
"Pese al impacto en nuestros resultados financieros de 2019, dejar la región es la decisión adecuada a largo plazo para nuestros negocios y accionistas", añadió.
Descontando su participación en BICC, durante el año pasado Cimic obtuvo unas ganancias netas después de impuestos de 800 millones dólares australianos (537 millones dólares o 486 millones euros), un 3 % más con respecto al año anterior.
La compañía prevé incrementar las ganancias en 2020, con una previsión de beneficio neto de entre 810 y 850 millones AUS (543 y 570 millones dólares o 492 y 516 millones euros).