La inmobiliaria Merlin Properties entró hace cuatro meses en Distrito Castellana Norte (DCN), la sociedad promotora de la Operación Chamartín, con el objetivo de sostener su crecimiento hasta 2060, afirma en una entrevista con Efe Dow Jones su consejero delegado Ismael Clemente.
"Cuando se nos termine nuestra propia gasolina interna de crecimiento, nos entrará la Operación Chamartín, que nos garantiza los siguientes cuarenta años de vida de la compañía", ha señalado Clemente, que no esconde sus interés por "tomar un mayor grado de liderazgo" en la DCN, aunque ha asegurado que en la actualidad no hay negociaciones en marcha con sus otros dos socios: BBVA y Grupo San José.
Clemente ha explicado que, si Merlin consigue ser socio mayoritario de DCN, aprovechará para hacer las cosas como entiende que deben hacerse, sobre todo para darle viabilidad económica futura desde un punto de vista comercial, en vez urbanístico, cuando se termine, porque al final, nuestro interés, a nadie se lo hemos escondido, es quedarnos para siempre".
Merlin, que se constituyó como sociedad anónima cotizada de inversión inmobiliaria (socimi) en 2014, habrá completado a finales de esta década la reforma de todos sus inmuebles con el objetivo de aumentar su rentabilidad, por lo que a partir de entonces se cortará la vía para seguir creciendo mediante esta gestión de la cartera.
Ante ese escenario, desembarcó el pasado octubre en el mayor desarrollo urbanísticos de España, cuando anunció que había comprado al minoritario San José un 14,46 % de la sociedad, después de que fracasaran las negociaciones con el socio mayoritario BBVA, cuya participación alcanza el 75,5 %.
La socimi vislumbra que su participación en la que también será la mayor operación de regeneración urbana de Europa no será un camino de rosas, sino que le llevará, sobre todo en el corto plazo, "muchísimos quebraderos de cabeza", admite, y avisa de que aún podrían surgir obstáculos, tanto en la fase final de la tramitación, como en la propia ejecución, ante las enormes dimensiones del plan, con una superficie de más de tres millones de metros cuadrados.
La operación, bloqueada durante dos décadas, fue aprobada el año pasado por el Ayuntamiento de Madrid de forma unánime, pero aún tiene pendiente recibir la luz verde definitiva de la Comunidad de Madrid, que se espera que llegue el próximo marzo.
Clemente también ha explicado que su entrada en DCN ha costado a Merlin un retraso en su objetivo de mejorar la calificación crediticia para conseguir emitir deuda a veinte años, tras haber colocado el pasado noviembre por primera vez bonos a 15 años por un importe de 500 millones de euros.
En cuanto al resto del negocio de la compañía, aseguró que no tiene previsto hacer adquisiciones relevantes en ninguno de los segmentos en los que está presente -oficinas, logística y centros comerciales- y que continuará centrada en 2020 en la gestión activa de su actual cartera para mejorar el crecimiento de la rentabilidad de sus edificios.
Entre sus previsiones tampoco entra que la compañía sufra un impacto negativo si finalmente el nuevo Gobierno del PSOE y Unidas Podemos aprueba cambios en el régimen de las socimis.
No obstante, ha pedido al Ejecutivo que sus medidas cuanto antes y le ha instado a que la reforma se limite a los vehículos dedicados al segmento residencial, si lo que pretende es combatir la falta de acceso a la vivienda.